Un estudio publicado por la compañía estadounidense Asana ha analizado la relación que existe entre Agotamiento laboral y síndrome del impostor. Si alguna vez has sentido que no merecías el reconocimiento por tu trabajo o que no pertenecías a ese lugar, debes saber que no eres la única. En femenino, porque este síndrome afecta a más mujeres que hombres. El Informe elaborado por la compañía ha establecido que existe una relación directa entre el agotamiento laboral y el llamado síndrome del impostor, tras dialogar con trabajadores de empresas en siete países.

¿Qué relación hay entre el agotamiento laboral y el síndrome del impostor?

Agotamiento laboral y el síndrome del impostor están directamente relacionados, según concluyen los datos recogidos en el estudio realizado por Asana. El informe «Anatomy of Work» explora el impacto que tienen actualmente ambos problemas, tanto en las personas como en las organizaciones. Así como la responsabilidad de las empresas en su prevención, para promover un ambiente laboral sano.

Históricamente estos dos fenómenos se han estudiado de forma separada. Aunque ambos pueden tener un impacto negativo tanto en la salud mental como en el rendimiento de los trabajadores, rara vez se los ha relacionado. La investigación realizada por Asana, a 9.615 empleados en empresas de siete países diferentes, revela que 7 de cada 10 trabajadores han sufrido síndrome de Burnout o síndrome del impostor en los últimos años, y que un 42% han experimentado ambos. Los empleados se quejan principalmente de un exceso de trabajo, procesos y plazos de entrega poco claros, y demasiadas reuniones y videollamadas.

Esto tiene también un impacto negativo en las compañías. Las personas que sufren agotamiento se sienten bajos de moral, menos comprometidas con la empresa, cometen más errores en su trabajo, se comunican peor y muchos de ellos acaban abandonando.

¿En qué consiste exactamente el síndrome del impostor?

Más bien deberíamos hablar del síndrome de la impostora, pues le ocurre a más mujeres que hombres. Se caracteriza por no sentirte satisfecho con tu desempeño, no creer en ti, no aceptar el reconocimiento y dedicar muchas más horas y energía para demostrar tu valía. De ahí que esté relacionado con el agotamiento laboral o el síndrome del burnout, un fenómeno resultante del estrés laboral crónico.

Aunque el síndrome del impostor no está tipificado como un trastorno psicológico clínico, muchas personas lo padecen. La expresión fue creada en primer lugar por Pauline Clance y Suzanne Imes en 1978, tras entrevistar a 150 mujeres que ocupaban cargos de alto rendimiento. Estas mujeres creían que habían llegado a esos puestos por un golpe de suerte, no por su valía.

Algunos de los rasgos que se manifiestan en una persona con síndrome del impostor son: baja autoestima, ansiedad, estrés laboral e incluso depresión en algunos casos. Este deterioro de la salud mental está mutuamente implicado con el agotamiento emocional, físico y laboral.

 

Cómo puedes prevenir y combatir estos trastornos como trabajador

El primer paso para combatir esta situación es reconocerla. Cuando aceptas que esas sensación de inseguridad que sientes en el trabajo es consecuencia del síndrome del impostor, ya has empezado el camino de transformación. Para salir de estos trastornos y síndromes laborales mejorando tu entorno laboral sigue estos consejos:

  • Registra los hechos de la manera más objetiva posible: contar con datos sirve tanto hacia afuera como para recordarte lo que vales en momentos de duda.
  • Limitar tu jornada laboral: pase lo que pase, fija una hora máxima que no puedas exceder. La desconexión es clave para garantizar la salud mental en el trabajo.
  • Reconoce, valida y luego olvida esos sentimientos, si no están reafirmados por hechos.
  • Levanta la mano: comparte cómo te sientes y pide ayuda. La fortaleza tiene que ver con la capacidad de superación y de resiliencia, no con un malentendido heroísmo individual. Darte cuenta además de que no estás solo o sola hará la mitad del trabajo hacia el bienestar.
  • Cambia el discurso: confía en el poder transformador de las palabras. La próxima vez en lugar de afirmar que cometiste un “error grave”, traduce la expresión a “podré mejorarlo en la siguiente ocasión”. La interpretación de los acontecimientos está vinculada con tu estado emocional. Ella depende directamente del lenguaje.
  • Busca un mentor: alguien que te oriente y te dé el feedback que necesitas. Es especialmente útil en contextos técnicos o en sectores nicho del mercado. Busca a alguien que pueda brindarte consejos prácticos y apoyo. A su vez, aprende de los compañeros y genera redes de colaboración con ellos.