Durante años, el multitasking o hacer varias cosas a la vez, se consideró una habilidad valiosa. Sin embargo, hoy sabemos que esta práctica puede afectar negativamente nuestro bienestar y nuestra productividad. Cambiar constantemente de foco aumenta el estrés, reduce la concentración y nos deja agotados al final del día. Frente a este ritmo acelerado, el mindfulness laboral surge como una alternativa eficaz para recuperar el equilibrio mental. Se trata de entrenar la atención para mantenerse en el presente, con calma y sin juzgar. Te mostramos algunas técnicas que puedes aplicar, tanto en la oficina como en remoto, para reducir el estrés y mejorar tu bienestar.
Hacer muchas cosas a la vez no te vuelve más productivo
Hacer muchas cosas a la vez parece una virtud, pero en realidad nuestro cerebro no está diseñado para ello. Lo que hacemos en verdad es cambiar de tarea muy rápido, lo que implica un esfuerzo mental constante. Cada cambio de foco tiene un costo: nos desconcentramos, perdemos tiempo volviendo a la tarea anterior y aumentan los niveles de cortisol, la hormona del estrés.
Por ejemplo, si estás redactando un informe y al mismo tiempo revisas correos o mensajes, tu mente tarda entre 30 segundos y varios minutos en volver a concentrarse. Si esto se repite durante todo el día, terminas saturado y con la sensación de no haber hecho nada, aunque no hayas parado de trabajar.
Qué es el mindfulness laboral y por qué funciona
El mindfulness laboral o atención plena en el trabajo proviene de prácticas meditativas antiguas, pero se ha adaptado al mundo moderno y a las empresas. Su base es sencilla: prestar atención, de forma intencionada y sin juzgar, al momento presente.
Aplicado al entorno profesional, el mindfulness laboral no significa «no pensar» o «relajarse mágicamente». Más bien, se trata de entrenar la mente para reconocer cuándo se dispersa y traerla de vuelta con suavidad. Este hábito mejora la concentración, la gestión emocional y la claridad mental.
Además, numerosos estudios en neurociencia muestran que practicar mindfulness laboral reduce la ansiedad, mejora el sueño y fortalece la toma de decisiones. En pocas semanas se pueden notar cambios reales en cómo gestionamos el estrés diario.
Técnicas para aplicar en la oficina o en remoto
No hace falta meditar una hora al día para disfrutar de los beneficios del mindfulness laboral. Existen micro hábitos y ejercicios breves que puedes incorporar fácilmente en tu rutina laboral. Aquí te dejamos algunos ejemplos sencillos:
👉Respiración consciente (durante 1 minuto)
Detente unos segundos y presta atención a tu respiración. Siente cómo entra y sale el aire, sin modificar el ritmo. Si tu mente se distrae, simplemente vuelve a observar la respiración. Esta técnica es ideal para empezar bien el día o antes de una reunión importante.
👉 Monotasking: Hacer solo una cosa a la vez
Haz una sola tarea con atención plena. Cierra pestañas que no uses en el navegador del ordenador, silencia notificaciones y dedica bloques de tiempo a cada actividad.
🔗Puedes probar la técnica Pomodoro: 25 minutos de foco + 5 minutos de pausa consciente.
👉 Tomarse pausas reales
En lugar de revisar el móvil durante el descanso, aprovecha para estirarte, mirar por la ventana, hablar con los compañeros de otras cosas o caminar unos minutos. Estas pausas ayudan al cerebro a resetearse y reducen la fatiga mental.
👉 Realizar una escucha atenta
Cuando hables con un compañero o con un cliente, simplemente escucha, sin pensar en lo que vas a responder. Esta técnica mejora la comunicación, reduce malentendidos y genera un ambiente laboral más tranquilo y colaborativo.
👉 Practicar el orden digital
El desorden en la pantalla también genera estrés. Dedica unos minutos al día a ordenar tu escritorio virtual, cerrar documentos que no uses y limpiar correos. Un entorno visual limpio favorece la claridad mental.
👉 Hacer micro-meditaciones guiadas
Existen aplicaciones gratuitas con audios de 2 o 3 minutos diseñados para el trabajo (como Headspace, Calm o Insight Timer). Escúchalos antes de empezar la jornada o al final del día para soltar la tensión acumulada.
Mindfulness laboral en equipos y empresas
El cambio no depende solo de cada persona. Las organizaciones también pueden fomentar una cultura más consciente. Algunas buenas prácticas son:
- Reuniones sin multitareas: pedir a todos que dejen el móvil y se concentren en el tema a tratar en la reunión.
- Bloques sin interrupciones: reservar franjas horarias donde no haya que dar una respuesta inmediata a correos o mensajes.
- Espacios de pausa: crear rincones de descanso o sesiones breves de mindfulness laboral guiado.
- Formación en bienestar mental: ofrecer talleres o recursos sobre gestión del estrés y atención plena.
Estas iniciativas no solo pueden mejorar el clima laboral, sino que también aumentan la productividad y la creatividad. Cuando las personas trabajan con foco y calma, los resultados son mejores.
Del estrés al equilibrio
Pasar del multitasking al mindfulness laboral no se logra de un día para otro. Es un proceso de entrenamiento mental, como ir al gimnasio. Al principio puede parecer difícil concentrarse o dejar de revisar el teléfono, pero con la práctica se vuelve más natural.
El objetivo no es eliminar el estrés por completo, algo prácticamente imposible, sino aprender a gestionarlo con mayor serenidad. Al final del día, trabajar con atención plena significa cuidar tu mente, del mismo modo que cuidas tu cuerpo o tus habilidades profesionales.
Así que la próxima vez que sientas que tu cabeza va más rápido que tu agenda, detente un momento, respira y recuerda: no tienes que hacerlo todo a la vez. Lo importante es estar presente en lo que haces, aquí y ahora. Si nunca has hecho meditación, echa un vistazo a este vídeo en el que la divulgadora Elsa Punset nos cuenta cómo meditar en un minuto 🧘♀️
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