La recién estrenada campaña anual de la renta de la Agencia Tributaria trae una novedad que facilitará los trámites. El organismo ha puesto a disposición de los contribuyentes una aplicación para que la gestión de la declaración de la renta sea más ágil y cómoda. Ya puede descargarse para sistemas de móviles Android e IOS.
Tratar de simplificar los trámites no resta complejidad a la declaración por la cantidad de conceptos que hay que tener en cuenta. La digitalización de los datos que las empresas envían a la Agencia Tributaria ha simplificado mucho el proceso ya que, si no hay mucho que declarar, más allá de las rentas del trabajo, solo con aceptar el borrador con los datos actualizados es suficiente, en muchos casos. Pero, ¿tenemos claros los conceptos de nuestra nómina que afectan a la declaración de la renta? A continuación te mostramos un desglose de tu nómina para que conozcas los conceptos sujetos a retención.
¿De qué forma contribuye un trabajador con su nómina a financiar el aparato estatal?
Para gran parte de los contribuyentes las principales rentas que reciben son las que le proporciona su trabajo. Por este motivo las empresas actúan como colaboradoras en el ejercicio de recaudación de la Administración ocupándose de descontar en cada nómina lo que se fija en concepto de IRPF y cotizaciones a la Seguridad Social (SS).
Costes laborales, contingencias y otras aportaciones a la Seguridad Social
La aportación de recursos a la seguridad social se hace de forma conjunta entre las empresas y sus trabajadores. La parte de cotizaciones que corresponde a la empresa se contabiliza en lo que se denominan costes laborales que incluye el salario que paga al trabajador más las aportaciones que hace a las arcas de la seguridad social por éste. Ponemos un ejemplo, una empresa calcula el coste laboral de un empleado en 2.000 euros. Esta cantidad se desglosaría en los siguientes conceptos y cantidades:
Del total, 500 euros irían a las cotizaciones que hace la empresa a la seguridad social por este trabajador. El porcentaje que se destine dependerá del tipo de contrato y la categoría profesional o grupo de cotización al que pertenece. La mayor aportación en este apunte es la dedicada a las pensiones, llamadas contingencias comunes. El tanto por ciento que tienen que cotizar las empresas por este concepto para 2018 es de un 23,60% de la base de cotización del empleado.
Quedaría, por tanto, un salario bruto de 1.500 euros para el trabajador. El salario bruto está compuesto por la cantidad que percibirá el trabajador tanto en especie como en dinero menos las retenciones obligadas por ley. Estas retenciones son el porcentaje de IRPF y las cotizaciones que el trabajador hace a la caja de la Seguridad Social.
Las cotizaciones del trabajador serán la base para calcular la cuantía que percibirá en el futuro (si todo sigue como hasta ahora) pero que, en realidad, sirve para pagar las pensiones de los jubilados actuales. Es lo que se denomina solidaridad intergeneracional. Por este motivo es tan importante para las pensiones la cantidad de los actuales cotizantes.
Seguimos con los conceptos que, estos sí, aparecen en la nómina. El trabajador dedica un 4,7% de su base de cotización a las pensiones. Además, hay otra serie de descuentos en la nómina, lo que se llaman contingencias, como son la protección frente al desempleo (se descuenta un 1,6%) o la formación (0,10%).
El tipo de cotización que corresponde a empresa y trabajador se fija de forma anual en la Ley de Presupuestos Generales del Estado.
¿Cuánto me tienen que descontar de IRPF?
Otra de las retenciones importantes que sufre la nómina y que está directamente relacionada con la declaración de la renta es el IRPF (Impuesto Renta de las Personas Físicas). El IRPF es un impuesto que se aplica a los ingresos o rentas que tiene cada contribuyente durante el año. Por ejemplo las rentas del trabajo, pero no solo. Es un impuesto progresivo porque aumenta la proporción que se aporta por tramos de cantidades percibidas.
En el IRPF se tiene en cuenta la situación particular de cada contribuyente en el sentido de grado de discapacidad, personas a su cargo y edad. Se calcula sobre la mayoría, no todas, de las rentas que alguien percibe, por ejemplo la indemnización por despido queda exenta de declararse hasta la cuantía que el Estatuto de los Trabajadores fije como obligatoria.
El porcentaje de IRPF que se aporta tiene que ver con tramos de cantidades saldadas. El cálculo se hace sobre la base liquidable en la que entran en juego ingresos y gastos de diferente procedencia (rendimientos en especie, de las rentas del trabajo, patrimoniales, prestaciones de la SS, …).
Dependiendo de la cantidad que un contribuyente perciba anualmente, una vez deducidos los gastos correspondientes, el porcentaje que se aplica es: 19% hasta una base liquidable de 12.450 euros al año. Al siguiente tramo, los 7.750 euros siguientes que se perciben se declaran se gravan con un 24%. A los próximos 15.000 euros se le aplica un 30%. Si se suman otros 24.800 euros a la base liquidable se descontaría un 37% y a partir de 60.000 se descontaría el 45%. El porcentaje solo se aplica a cada tramo, es decir, si se perciben en total 20.300 euros anuales se aplicará el IRPF del 19% a los 12.450 euros primeros y a los 7.850 se les aplicaría un 24%.
Facilitar la declaración de la renta es del interés general ya que el fin recaudatorio del estado está justificado para el pago de los servicios sociales que dependen de esta colecta como son las pensiones, las prestaciones por desempleo, la sanidad y la educación.