Una de las cuestiones que se tiene en cuenta cuando se negocia un salario con la empresa que te contrata es el importe bruto anual. Es una forma de plantear la negociación para que la cantidad de salario no lleve a equívocos independientemente del número de pagas. Éstas pueden ser doce, que es el mínimo exigido, catorce o más. Lo importante es tener en cuenta la suma del total para todo el año. Luego vendrá la forma en la que se distribuirá ese montante a lo largo de los doce meses. ¿Qué ventajas tiene el prorrateo?

¿Qué es prorratear?

Este concepto hace referencia a cómo se dividen las dos pagas adicionales al sueldo mensual  (extras) que debe recibir por ley todo trabajador por cuenta ajena. Mediante el prorrateo se reparten esas dos pagas entre los doce meses del año de forma que se incrementa la nómina mensual. Cuando las pagas extras están prorrateadas se reciben doce pagas al año.

En este punto es importante tener en cuenta las cantidades porque aquí entraría en juego el Salario Mínimo Interprofesional (SMI). La cantidad que se abona como extra no podrá ser menos del SMI fijado para ese año para una jornada completa (950 euros/mes en catorce pagas).

¿Cambia algo en el salario si se prorratea?

El resultado del prorrateo de las pagas hace más atractivo el salario mensual porque se reparte entre menos jornales. Por eso es importante negociar en bruto anual el sueldo para hacerse una idea clara de cuánto se recibe (y, en su caso, poder comparar), independientemente de en cuántos pagos se realice. Cuando las pagas no están prorrateadas el salario aumenta (normalmente se duplica) en dos momentos: Navidad y otra fecha, fijada normalmente por convenio, que suele ser en verano.

Algunas empresas añaden una paga de beneficios en marzo, otras cada tres meses, pero suelen adoptar esta modalidad compañías que no prorratean el salario de sus empleados. Estas bonificaciones adicionales están en función de los beneficios de la empresa por lo que no pueden formar parte de la negociación de lo que es propiamente el salario.

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¿Lo puede elegir el empleado o lo establece la empresa?

Hay trabajadores que prefieren que se prorrateen las pagas extras para que la nómina se vea engrosada un poco y llegar con más desahogo al temido fin de mes. A otros empleados les viene mejor que la empresa “ahorre” por ellos, es decir, prefieren recibir por duplicado el sueldo en Navidades y verano para afrontar mejor los gastos extraordinarios de esas fechas.

Sin embargo, esto no es algo que se pueda elegir libremente. Son los convenios los que establecen el número de pagas anuales y hay que acogerse a eso. No obstante, puedes solicitar a la empresa una modalidad u otra. La empresa no está obligada a cambiarlo, pero seguro que si lo justificas debidamente podrá valorarlo.

El prorrateo durante el despido

Independientemente de que se tengan las pagas extraordinarias prorrateadas o no la cantidad que debe constar en la cuenta del finiquito tendrá que ser exactamente la misma.

Las pagas extra, peculiaridades del mercado de trabajo español

Las pagas extraordinarias son una característica especial en España. Una tradición que data de la época franquista. Durante la posguerra se vio oportuno dar una pequeña gratificación económica a los trabajadores durante las Navidades, y otra, en julio. Esta aportación tenía un efecto limitado sobre los ingresos en las familias, pero quedó instalado como costumbre.

Actualmente de aquella gratificación no queda más que el nombre, “extraordinaria”, porque la paga extra hace referencia simplemente a la división en catorce pagas del salario bruto mensual, no supone un ingreso extra que le empresa conceda graciosamente como si fuera una bonificación.

En el resto de Europa lo habitual es que se paguen doce nóminas al año a los empleados.