Muchas personas acceden por primera vez al mercado laboral con contratos temporales. Es habitual que las empresas usen esta modalidad para cubrir picos de trabajo, sustituciones o proyectos con fecha límite. Pero, si tu objetivo final es conseguir un contrato indefinido, debes saber que hay determinadas situaciones en las que un contrato temporal puede transformarse en indefinido. Algunas veces ocurre de forma automática porque lo marca la ley, y otras porque la empresa decide dar el paso. A continuación, te explicamos las principales razones por las que esto puede suceder.
La reforma laboral de 2022: el contrato indefinido como norma
La última gran reforma laboral en España, aprobada a finales de 2021 y en vigor desde 2022, ha cambiado las reglas del juego. Su objetivo principal es reducir la temporalidad y fomentar el contrato indefinido como opción habitual.
Entre otras medidas, se eliminó el contrato por obra y servicio, que había sido muy utilizado. Los contratos temporales se han simplificado y solo pueden usarse en casos muy concretos, mientras que el contrato indefinido se ha convertido en la forma ordinaria de contratación.
Esto significa que, salvo que exista una causa excepcional bien justificada, lo normal es que tu contrato de trabajo sea indefinido desde el principio. Pero, si no es así, estas son cinco razones por las que puedes cambiar de un contrato temporal a uno indefinido.
👉 Has trabajado más de 24 meses en un periodo de 30 meses
El Estatuto de los Trabajadores establece un límite claro: si has estado contratado más de 24 meses dentro de un periodo de 30 meses, con uno o varios contratos temporales para la misma empresa o grupo empresarial, tu relación laboral pasa a ser indefinida por ley.
Este cálculo incluye tanto contratos directos como los realizados a través de una Empresa de Trabajo Temporal (ETT), siempre que la actividad se desarrolle en la misma compañía o grupo. Es una forma de impedir que una persona encadene contratos precarios durante años para cubrir necesidades que en realidad son permanentes.
👉 El contrato temporal no estaba justificado
Los contratos temporales solo son legales si responden a una causa concreta y excepcional: por ejemplo, una sustitución, un incremento de la producción puntual o una campaña estacional.
Si en tu contrato no aparece bien detallado el motivo de la temporalidad, o si en la práctica estás realizando tareas permanentes de la empresa, se considera que existe fraude de ley. En estos casos, el contrato debe convertirse en indefinido de forma automática.
👉 Sigues trabajando después de que el contrato finalice
Otro supuesto, bastante común, se produce cuando el contrato temporal llega a su fin, pero la persona trabajadora continúa desempeñando sus funciones sin que se firme una prórroga ni un nuevo contrato.
La ley entiende que, si sigues prestando tus servicios tras la fecha de vencimiento, existe una continuidad laboral y, por tanto, la relación debe transformarse en indefinida.
👉 Incumplimientos por parte de la empresa
Un contrato temporal también puede convertirse en indefinido si la empresa incumple determinadas obligaciones legales. Algunos ejemplos son:
- No darte de alta en la Seguridad Social desde el primer día de trabajo.
- No respetar el periodo de prueba, y dejar que lo superes sin estar dado de alta correctamente.
- No entregar el contrato por escrito cuando la duración supera las 4 semanas a jornada completa.
En todas estas situaciones, la normativa protege a la persona trabajadora y considera que el vínculo debe ser indefinido.
👉 Acuerdo voluntario entre la empresa y la persona trabajadora
No siempre hace falta esperar a que intervenga la ley. Muchas empresas, cuando ven que una persona encaja en el puesto y aporta valor, deciden transformar su contrato temporal en indefinido de manera voluntaria.
Esto se formaliza firmando un nuevo contrato, y suele ser positivo para ambas partes: la empresa retiene talento y la persona gana en estabilidad laboral.
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