Trabajar bajo el mando de un jefe imprevisible puede ser una de las situaciones más desafiantes y estresantes que puedes encontrarte en el entorno laboral. Nunca sabes qué esperar: hoy pueden ser amables y cooperativos, y mañana exigentes o difíciles de complacer. La incertidumbre en este tipo de relaciones profesionales puede generar estrés, afectar a tu moral e incluso impactar en tu productividad y bienestar.
De hecho, según los resultados de la última encuesta que hemos realizado para el Informe Infoempleo Adecco, hasta ocho de cada diez trabajadores dejarían su trabajo por un mal jefe. Pero no siempre es posible cambiar de empleo. ¿Qué hacer entonces? ¿Cómo podemos manejar mejor esta situación?
Acéptalo cuanto antes: si tienes un jefe imprevisible no va a cambiar
Lo primero que debes tener claro es que no puedes cambiar la personalidad de tu jefe. Intentar predecir o influir en su comportamiento solo te generará más ansiedad. Lo mejor es aceptar que tener un jefe imprevisible es parte de tu dinámica laboral.
En lugar de gastar energía intentando cambiarlo, los psicólogos recomiendan que te concentres en lo que tú puedes controlar: tu actitud y tu manera de responder ante situaciones difíciles.
La psicóloga norteamericana Melanie Greenberg sugiere en su libro The Stress-Proof Brain: «Si no puedes cambiar el entorno o las personas a tu alrededor, lo que puedes cambiar es tu reacción emocional a ellos». Este enfoque podría reducir considerablemente tu estrés, al enseñarte a manejar tu propio estado mental sin depender de factores externos.
Mantén la calma y no te tomes las cosas de manera personal
Es fácil caer en la trampa de tomarse los cambios de humor de un jefe imprevisible como algo personal, pero la realidad es que probablemente su comportamiento no tenga nada que ver contigo.
Las razones pueden ser muchas: desde el propio estrés laboral hasta problemas personales. Por lo tanto, es esencial que no reacciones impulsivamente ni dejar que sus malos días afecten tu autoestima.
Para mantener la calma, una técnica útil es la respiración consciente. Antes de responder a cualquier comentario inesperado o situación de tensión, tómate un momento para respirar profundamente. Esta sencilla acción puede ayudarte a enfriar tu mente y responder de manera más racional en lugar de emocional.
Anticipa sus necesidades y patrones
Aunque tu jefe sea imprevisible, es posible que con el tiempo empieces a notar ciertos patrones en su comportamiento. Por ejemplo, algunos jefes tienden a estar más estresados o exigentes en momentos específicos, cuando se acerca una fecha límite o después de reuniones importantes.
Si observas esos patrones, puedes adelantarte a sus necesidades. Si sabes que en una semana determinada suelen estar más tensos, prepárate mentalmente y mantén todo el trabajo bajo control para evitar peleas.
Establece límites claros
Aunque es importante ser flexible y estar dispuesto a adaptarte, no olvides que también debes proteger tu propio espacio mental y físico. Cuando tienes un jefe imprevisible, es fácil que su comportamiento invada tu vida personal o tu salud emocional, especialmente si su falta de organización o sus cambios de humor te obligan a trabajar más horas o bajo un estrés constante.
En este sentido, aprender a decir “no” y delegar puede ser fundamental. Establecer límites saludables, como no responder correos fuera del horario laboral o solicitar aclaraciones cuando recibes instrucciones confusas, también puede ayudarte a gestionar mejor esa relación profesional.
Comunica de manera efectiva
En muchos casos, la imprevisibilidad de un jefe puede venir de la falta de comunicación clara. Si tu jefe no es específico o cambia de opinión frecuentemente, puede ser frustrante. Para contrarrestar esto, una técnica efectiva es asegurarte de que la comunicación sea clara desde el principio.
Haz preguntas para clarificar expectativas y documenta todo lo que sea posible. Un resumen de las reuniones o correos de seguimiento pueden ser una excelente herramienta para evitar malentendidos.
Mantén una red de apoyo con compañeros, amigos y familiares
Lidiar con un jefe imprevisible puede ser emocionalmente agotador, por lo que es fundamental contar con una red de apoyo dentro y fuera del trabajo. Hablar con compañeros de confianza, amigos o familiares sobre las dificultades que enfrentas puede ayudarte a desahogarte y obtener perspectivas útiles. Incluso dentro del trabajo, tener aliados en tu equipo puede hacer que los días difíciles sean más llevaderos.
Otra opción es buscar el apoyo de un mentor o asesor, quien pueda darte consejos prácticos sobre cómo manejar la situación. A veces, tener a alguien con más experiencia te permite ver las cosas desde una perspectiva más amplia y menos reactiva.
Cuida tu bienestar personal
Finalmente, es esencial que no descuides tu salud física y emocional. Si estás lidiando con un ambiente de trabajo tenso, es crucial que encuentres formas de desconectar cuando salgas de la oficina.
El ejercicio, la meditación y las actividades de ocio son excelentes maneras de liberar el estrés acumulado. Dormir bien y mantener una alimentación saludable, también pueden jugar un papel clave en tu capacidad para manejar la presión y el comportamiento imprevisible de tu jefe.
Y recuerda siempre que tu bienestar debe ser una prioridad. Aunque es importante tener una buena relación laboral, nada justifica sacrificar tu salud mental o física.