Cumplir con la normativa legal que se exige a una empresa es el cometido principal de los departamentos jurídicos en las compañías. Estas funciones se han visto incrementadas y están siendo más complejas debido a los procesos de internacionalización, reformas en el código penal y una preocupación mayor por el comportamiento ético dentro de las empresas. Esta especialización que implica tanto a la normativa interna y los valores éticos como lo relacionado con el mundo de la legalidad, es lo que se conoce como compliance.
Este perfil profesional es relativamente reciente en las empresas españolas. En el mundo anglosajón la también llamada gestión del cumplimiento está muy integrada dentro de las corporaciones. Forma parte esencial de su cultura empresarial. La colaboración con empresas de este ámbito lleva a firmas españolas a adoptar esta figura para alinearse con las matrices o socios. Además, operar en un contexto europeo e internacional exige expertos en el terreno de leyes y normativas que velen por el cumplimiento de requisitos legales cada vez más técnicos en materias como medio ambiente, legislación laboral, de salud y muchos otros en los países donde ejerzan su actividad.
La profesión más demandada en el sector jurídico
La prevención de delitos dentro de las organizaciones es otra de las tareas que se desarrolla en el campo del compliance. Desde la reforma del Código Penal en el año 2015 se extiende el régimen de responsabilidad penal a las sociedades mercantiles estatales que ejecuten políticas públicas o presten servicios de interés económico general. En el caso de que exista previamente un plan de compliance será eximente por lo que las empresas recurren a la integración de este cometido.
Como resultado de estas nuevas necesidades el perfil de compliance officer está cada vez más demandada y es la profesión estrella en el ámbito jurídico.
Según señalan los expertos, el compliance officer tendrá un perfil híbrido ya que deberá ocuparse tanto de la prevención y control interno para el cumplimiento con el código ético como con el relacionado con aspectos jurídicos. Puede ser más genérico que servirá para establecer el conjunto de obligaciones transversales o más específico ocupándose de temas concretos como penal o de medioambiente o de sectores determinados como el farmacéutico o el inmobiliario. Debido a lo delicado de su labor es importante que se respete su independencia y se haga valer su autoridad al resto de la empresa de forma que quede integrada como prácticas éticas.
Formación enfocada a dotar de código ético a la organización
El salario medio estimado que cobraría un compliance officer, un nivel técnico, en la provincia que más paga, en Madrid, sería de 28.000 euros anuales. Un compliance manager ganaría de media 50.000 euros anuales y por último, el máximo responsable Head of Compliance estaría en los 65.000 euros/año, según los datos aportados por la Guía Laboral Hays para 2017.
La formación en complience está dirigida a adquirir las competencias necesarias para desarrollar de una forma eficaz las diferentes funciones en la gestión del cumplimiento como serán el establecimiento de un código ético en la empresa, saber detectar a qué riesgos penales se enfrenta la compañía en su actividad y establecer un plan de prevención de delitos, darle continuidad y evaluarlo. Actualmente pueden cursarse estudios de post grado tanto en universidades públicas como en centros privados.
1 Comentarios
Emilio TEJERO
La novelería anglosajona en el mundo empresarial y jurídico de tradición latina encaja mal hasta con calzador, por lo que generalmente se aplican nombres rimbombantes en inglés que son meros eufemismos vacíos de contenido, eso sí, quedan muy bien, muy a lo último. Una empresa no quiere que le informen de que está cometiendo una irregularidad (e incluso un delito) ya sea administrativo, laboral, contable, fiscal e incluso penal, sino como saltárselo. Pero para eso están los departamentos jurídicos cada vez más escasos por estas latitudes sustituidos por la "externalizacion del servicio o consultoría", forma de abaratar costes. Se le llame como se le llame.