Seamos sinceros: volver a la rutina laboral después de unos días de relax y vacaciones no siempre es fácil. Muchas personas sienten ansiedad, falta de motivación o simplemente no saben por dónde empezar. Si este año te está costando, sigue estos consejos prácticos para que tu vuelta al trabajo no se convierta en algo estresante, sino una oportunidad de empezar bien una nueva etapa.

No esperes al último día para prepararte

Uno de los errores más comunes es dejar todo para el último día. Si vuelves de vacaciones un lunes, intenta retomar ciertas rutinas desde el fin de semana. Puedes empezar con ajustar tus horarios de sueño, revisar tu agenda, organizar tu ropa y espacio de trabajo. Esto ayudará a que tu cuerpo y tu mente se adapten poco a poco al cambio, sin sentirlo tan brusco.

Organiza tus prioridades

No quieras resolverlo todo el primer día. Si se ha acumulado mucho trabajo en tu ausencia, es mejor que empieces con tareas simples y cortas. Esto te permitirá recuperar el ritmo sin saturarte. Por ejemplo: lee los correos que tengas pendientes y prioriza las tareas. Después de unos días fuera, es normal sentirse perdido. Por eso, es clave que hagas esa lista con tus tareas. Puedes clasificarlas en:

  • Urgentes: lo que no puede esperar.
  • Importantes: lo que debes hacer pronto.
  • Opcionales: lo que puedes delegar o posponer.

Este ejercicio te dará claridad y control, y reducirá el estrés.

Mantén hábitos saludables

La vuelta al trabajo es un proceso. Nadie espera que el primer día estés con el mismo ritmo que antes de las vacaciones. Date permiso para ir de a poco, y no te sientas mal si estás más lento o menos enfocado.

Es tentador intentar «ponerse al día» haciendo horas extra, pero eso solo genera más agotamiento. En tu vuelta al trabajo, es importante que respetes tus horarios de entrada y salida, y sobre todo, que tomes pausas durante la jornada. Caminar cinco minutos, estirarte o tomar un café tranquilo puede hacer una gran diferencia en tu estado de ánimo y concentración.

Quizá los primeros días tengas ciertos momentos de tristeza, irritabilidad o cansancio, es lo que llaman síndrome postvacacional. Por lo general, suelen durar pocos días y se pasan solos. Pero, ¡ojo! Si se alargan, puede ser señal de que necesitas revisar cómo te sientes con tu trabajo o tu situación actual.

Durante las vacaciones solemos relajarnos con la comida, el sueño y el ejercicio. Por eso, volver a una rutina saludable también puede ayudarte a sentirte con más energía. Intenta dormir entre 7 y 8 horas por noche, comer equilibrado y moverte un poco cada día, aunque sea salir a caminar 20 minutos. El cuerpo y la mente están conectados. Si te sientes bien físicamente, te será más fácil rendir en lo laboral.

Asimismo, prueba a incluir en tu rutina diaria algo que te dé alegría, como escuchar música, tomar tu café favorito o planear una salida con un amigo.

Usa la vuelta al trabajo como oportunidad de cambio

Las vacaciones nos permiten tomar distancia y pensar. Quizás durante esos días te diste cuenta de que quieres un cambio laboral, que algo te incomoda en tu empleo actual o que es momento de reinventarte. Muchas veces, lo que más pesa al volver no es la rutina en sí, sino la falta de motivación. Por eso, te proponemos que encuentres un propósito en tu trabajo. Puede ser:

  • Aprender algo nuevo.
  • Mejorar una habilidad.
  • Organizar mejor tu tiempo.
  • Proponer un nuevo proyecto.

Convertir la vuelta al trabajo en una etapa de mejora o crecimiento puede cambiar por completo tu actitud.

Mantén un equilibrio

No todo es trabajo. Volver a la rutina no significa olvidarse del ocio. Trata de mantener espacios para ti, incluso si estás buscando empleo a tiempo completo. Leer, caminar, estar con amigos o hacer algo creativo puede ayudarte a recargar energías y evitar el agotamiento.

Encuentra pequeñas cosas que te motiven

¿Qué te gusta de tu trabajo? Identificar esas cosas que te motivan te ayudará a mantener una actitud positiva. Una de las cosas más agradables del trabajo es compartir con otros. Aprovecha para charlar con tus compañeros, contar anécdotas de las vacaciones o simplemente tomar un café juntos. Reconectar con el equipo hará que la vuelta sea más llevadera y hasta divertida.

La vuelta al trabajo no tiene que ser estresante ni deprimente. Si te cuesta volver, hablarlo puede ayudarte. Coméntalo con alguien de confianza: un amigo, un familiar o un colega. A veces, compartir lo que sentimos alivia el peso. Y si notas que la ansiedad es muy intensa o duradera, no dudes en buscar apoyo profesional.

El psicólogo Rafael Santandreu, autor del libro “El arte de no amargarse la vida”, sugiere que ante cualquier momento de cambio o incomodidad (como volver al trabajo), nos recordemos que “la mayoría de las cosas no son tan graves como parecen”. Él propone adoptar una mentalidad flexible y realista, donde en lugar de decir “¡No aguanto más esta rutina!”, pensemos “Esto puede ser incómodo, pero puedo con ello”. Este enfoque ayuda a reducir la ansiedad y pone las cosas en perspectiva.

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