Caer desde un rascacielos, llegar desnudo a la oficina (o solo con la mascarilla puesta), correr por delante de tu jefa porque te persigue para matarte, llegar tardísimo a una reunión con un cliente y a la que además no se acaba de llegar porque hay que lidiar con mil obstáculos… Todas estas son pesadillas que pueblan las noches del síndrome post vacacional. Hay que hacer un llamamiento a la tranquilidad porque la mayoría terminan pasando y son producto de la ansiedad que produce la vuelta al trabajo.

Las pesadillas como trastornos asociados al estrés

De acuerdo con lo que señalan los estudios sobre el sueño las pesadillas son un trastorno, una parasomnia, asociado al sueño REM donde nuestra mente elabora imágenes, sonidos, situaciones en general, que hacen que despertemos presas de un miedo intenso, tristeza o altos niveles de ansiedad.

El estrés que puede provocar el cambio de una rutina, más en consonancia con nuestros deseos y con pocas obligaciones que suponen las vacaciones, pueden desencadenar que el cerebro por la noche libere esa ansiedad en forma de escenas desasosegantes que nos provocan pesadillas cuando toca la incorporación al puesto de trabajo.

Las pesadillas como trastornos asociados al estrés de la vuelta al trabajo

Este año la vuelta al trabajo supondrá dificultades añadidas

La vuelta al trabajo este año será tan inusual como todo lo que lleva sucediendo desde que se declaró la crisis del covid-19. Habrá para quien volver al trabajo signifique levantarse de la cama, lavarse la cara, quitarle el polvo al portátil y conectarse a las nueve para empezar a trabajar. Otras tendrán que adecuarse de nuevo a llevar mascarilla ocho horas seguidas porque no tienen opción de teletrabajo, y se encontrarán con otras personas en sus oficinas con las que sea difícil guardar la distancia de seguridad. Esto puede reactivar ansiedades relacionadas con el miedo al contagio que se traduzcan en pesadillas.

O afrontar las primeras semanas en un régimen mixto online-presencial. Quizás también estés disfrutando de una mayor flexibilidad horaria para los periodos de adaptación en el cole de tus hijos. En general, habrá dificultades añadidas por eso hay que tomárselo con calma.

¿Cómo afrontar estas semanas de vuelta al trabajo?

Algunos dirán que la pesadilla no acaba ni cuándo se ha despertado por eso lo mejor es ir tomando el ritmo despacio. Dedica un rato al inicio de la jornada a planificarte el trabajo y dosificarlo. Seguramente estarás más cansado los primeros días, por lo que haz las tareas que requieran de mayor concentración a primera hora.

Transitar el cambio del reposo veraniego a la actividad también puede ser interesante. Ser consciente de que hay que retomar, pero haciendo una buena despedida del tiempo de ocio y descanso. La clave está, por un lado, en alargarlo un poco dándole continuidad a las actividades que permite todavía el tiempo. Y por otro reconectando con la atención plena durante el tiempo de trabajo.

Un buen ejercicio de motivación para mitigar el efecto del síndrome post-vacacional puede estar en dar comienzo a alguno de los propósitos de autocuidado que han surgido durante el descanso, porque la dinámica del trabajo y la semana ha impedido reflexionar sobre ello. Empezar alguna actividad deportiva, algo de meditación y empezar a cuidarse para reservar un trocito del bienestar de las vacaciones para todos los días. Y disminuir o incluso evitar el consumo de alcohol y otras sustancias alteradoras de la conciencia que son responsables en gran medida de estos malos sueños, según afirman los expertos.

Quienes se motivan con la vuelta

Sin embargo, otros agradecerán la vuelta al trabajo después de un tiempo sin actividad laboral. También hay que acogerlo con calma y controlar el entusiasmo. Es recomendable respetar y detectar cómo están las personas con las que se trabaja para adecuarse al ritmo y no generar estrés en los demás tensando el ambiente de trabajo.

Por último, si las pesadillas con el trabajo como tema central persisten más allá de un mes, plantéate si es hora de afrontar algún cambio. A través de estas historias vívidas mientras dormimos se trae al plano consciente cuestiones que habitan el inconsciente y que hablan de malestares que se van acumulando a los que ir dando solución.