A quién no se le ha pasado por la cabeza mentir alguna vez en el CV… Al final, se termina desechando la idea por inmoral o por imprudente. Más allá de pequeños engaños sin importancia, hay quien miente descaradamente, lo que puede llegar a perjudicar tanto a la empresa para la que dice que ha trabajado como a la que lo ha reclutado. ¿Qué consecuencias puede tener?

No nos estamos refiriendo a un candidato que disfrace lo que menos interesa de su currículum. Tampoco a los mediodespistes de no tener actualizado el perfil y parecer que se continúa en la misma empresa cuando ya no se está allí.

Estamos hablando de gente que mantiene que continúa contratado en una compañía o incluso que lo ha estado alguna vez, cuando nunca ha formado parte de su plantilla. Puede que uno adorne su cargo, pero hay quien defiende que ha ocupado puestos de una jerarquía bastante superior. Todo esto puede dañar en distintos grados a una compañía. Cuando hay un perjuicio considerable, se presentan distintas formas de actuar.

Ponerse serio con las medidas

Hay empresas que incluyen cláusulas poscontractuales a la hora de firmar, sobre todo si el puesto es de responsabilidad. En principio es casi más una medida disuasoria, pero pueden llegar a pedir responsabilidades a un exempleado si las incumple, aunque haya salido de la compañía.

Por otro lado, hay que tener en cuenta que cuando un contrato finaliza, se rompe la relación trabajador-empresa. Si una empresa considera que ha sufrido daños morales a causa de las mentiras de un trabajador, las acciones legales que se emprendan no serán por lo laboral, sino por lo civil. Ahora bien, la compañía tendría que demostrar el daño, lo cual no es una tarea fácil y sí económicamente costosa.

Mentir en el CV

Otro tipo de acciones más efectivas

Al final, muchas veces lo más práctico para una empresa es emplear otros canales. Enzarzarse en acciones legales puede ser costoso y alargarse demasiado en el tiempo. No se da una solución en el momento en que se necesita.

Hoy en día, las redes sociales son un mecanismo que, bien empleado, puede ser muy efectivo. Puede que la compañía afectada acuda a un experto en reputación social porque conoce bien las respuestas de los seguidores. Además, sabe qué implicaciones tiene publicar determinados comentarios inapropiados. Si se evidencia la mentira de una forma respetuosa, la mejor forma de salir de la situación es que el exempleado se retracte o retire la mentira y deje de dañar la imagen de la empresa.

Por otro lado, si este ha difundido la mentira en redes, y se ve claramente que hay un perjuicio para la empresa, la empresa podría llegar a contactar con la red social y plantearle al caso. Las redes sociales eximen su responsabilidad sobre el contenido de lo que se publica, pero también cuentan con normas de uso. Estas normas entrarían en conflicto con difundir una mentira por su canal. De este modo, la red podría sancionar al mentiroso cancelando su cuenta.