¿Alguna vez te ha pasado que una tarea que te parecía aburrida de repente resulta interesante porque la haces «a tu manera»? Eso es, en esencia, el Job Crafting. Dar un nuevo enfoque a las tareas que realizas cada día, para recuperar la ilusión en tu trabajo. Dicho de otra manera, ayudarte a rediseñar lo que haces para que tenga más sentido para ti. ¿Quieres saber cómo hacerlo?
¿Qué es el Job Crafting?
El término Job Crafting viene del inglés y significa literalmente «dar forma a tu trabajo». Este concepto fue desarrollado en 2001 por las investigadoras estadounidenses Amy Wrzesniewski y Jane Dutton dentro de la psicología organizacional. Ellas querían entender por qué hay personas que, sin cambiar de empleo, logran sentirse más motivadas y satisfechas. Y descubrieron algo muy poderoso: muchas veces no hace falta buscar otro trabajo para sentirnos mejor, sino hacer pequeños ajustes en el que ya tenemos.
En esencia, el Job Crafting consiste en modificar de forma proactiva algunos aspectos de tu día a día para que encajen mejor con tus intereses, valores y fortalezas. No hablamos de grandes cambios, sino de microdecisiones: qué tareas priorizas, cómo te relacionas con tus compañeros o qué significado le das a lo que haces.
En otras palabras, es convertirte en el artesano de tu propio trabajo.
Tres formas de hacer Job Crafting
Existen tres grandes maneras de aplicar el Job Crafting, y la buena noticia es que no necesitas pedir permiso para empezar a practicarlas:
👉Modifica tus tareas (Task Crafting)
Piensa en todas las tareas que haces a diario. Algunas te gustan más que otras. El primer paso es identificar cuáles disfrutas, cuáles te resultan neutras y cuáles te quitan energía.
Una vez lo tengas claro, busca maneras de:
- Hacer más de las tareas que te motivan. Por ejemplo, si te gusta diseñar presentaciones, ofrece preparar los informes en formato visual para tu equipo.
- Reducir o delegar las que menos te gustan. Si hay tareas que no puedes eliminar, busca formas de hacerlas más llevaderas, como convertirlas en retos personales o cronometrarte para terminarlas más rápido.
👉 Cambia con quién te relacionas (Relational Crafting)
El ambiente social influye mucho en cómo nos sentimos en el trabajo o en la universidad. Pregúntate: ¿con quién hablas más a diario? ¿Con quién te gustaría interactuar más?
Algunas ideas:
- Rodéate de personas que te inspiren o te apoyen.
- Colabora con compañeros de otras áreas para aprender cosas nuevas.
- Dedica un poco de tiempo a conocer mejor a tu equipo, incluso en un café virtual si trabajas en remoto.
Mejorar la calidad de tus relaciones puede hacer que las tareas rutinarias se vuelvan más agradables, porque las compartes con gente que te motiva.
👉 Transforma tu forma de pensar (Cognitive Crafting)
Quizás es el punto más difícil de llevar a cabo. A veces, lo que necesitamos no es cambiar lo que hacemos, sino cómo lo vemos. Si piensas que tu trabajo es solo una obligación, te resultará pesado. Pero si logras conectar lo que haces con un propósito mayor, la motivación aumenta. Por ejemplo: Si trabajas en atención al cliente, en lugar de ver tu tarea como «resolver quejas», piensa que estás ayudando a que las personas tengan una mejor experiencia.
Beneficios del Job Crafting
Aplicar estas ideas puede traer varios beneficios:
- Más motivación y energía, porque alineas lo que haces con lo que te importa.
- Mayor aprendizaje, al buscar nuevas formas de hacer las cosas.
- Mejores relaciones, lo que impacta positivamente en tu bienestar.
- Menos sensación de agotamiento, porque dejas de sentirte atrapado en la rutina.
Además, desarrollar esta habilidad puede proporcionar también una mayor satisfacción vital. En enero de este año, la Universidad de Deusto publicó un informe titulado Job Crafting and Work Engagement: The Mediating Role of Work Meaning. Tras el análisis psicológico de 785 trabajadores, el estudio concluye que, cuando las personas encontramos el propósito y el significado en nuestro puesto de trabajo, esto tiene un reflejo en nuestra satisfacción con la vida.
Cómo empezar paso a paso
Para empezar a practicar Job Crafting, lo ideal es observar primero tu día a día. Haz un pequeño inventario mental de tus tareas, de las personas con las que hablas y de cómo te hace sentir cada actividad.
Luego, elige un solo aspecto que quieras mejorar; no intentes cambiarlo todo de golpe, porque lo importante es avanzar paso a paso. Diseña un cambio concreto y sencillo, como dedicar la primera hora del día a la tarea que más disfrutas o conversar un poco más con alguien que te inspire.
Después de una o dos semanas, detente a evaluar si te sientes más motivado y, según el resultado, ajusta lo que haga falta. Recuerda que el Job Crafting no es algo que se haga una sola vez, sino un proceso continuo que vas perfeccionando poco a poco, hasta que tu trabajo o tus estudios se sientan más tuyos.
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