Voluntariado

La lista de desempleados no para de crecer. Cada día es mayor el número de personas que pasa engrosar las colas del paro. Aunque la prioridad en ese momento pasa a ser la búsqueda de un nuevo empleo, se puede aprovechar ese periodo de inactividad para ampliar la formación o ganar experiencia en otros ámbitos.

Convertirse en voluntario de una ONG es una alternativa a tener en cuenta, ya que además de las satisfacción personal de poder ayudar a los demás, esta actividad permite ganar una experiencia muy valorada por las empresas. Colaborar con una organización social puede ser la puerta para regresar al mercado laboral.

Hasta el momento, eran los más jóvenes, recién titulados, los que optaban por esta opción como una manera de ir familiarizándose con las exigencias del mercado laboral al tiempo que iban a aclarando sus ideas sobre la orientación que querían dar a sus vidas profesionales. Sin embargo, en los últimos tiempos se observa un incremento del número de personas con una larga trayectoria laboral a sus espaldas que, tras quedarse sin empleo, deciden hacerse voluntarios como una manera de mantenerse activos al tiempo que potencian sus relaciones sociales.

La amplia variedad de tareas que se realizan dentro de una ONG facilita que cualquier persona, independientemente de su formación o experiencia laboral encuentre su lugar. Desde administrativos, pasando por abogados, médicos, periodistas o ingenieros, todos pueden ser de gran ayuda para estas organizaciones.

Una oportunidad laboral

La mayor parte de las funciones que se llevan a cabo en las ONG las realizan voluntarios, pero estas instituciones están cada vez más profesionalizadas por lo que muchas actividades pasan a ser remuneradas. Por este motivo, muchas personas que comienzan como colaboradores voluntarios terminan con un contrato y un sueldo similar al de cualquier empresa.

Pero además de esta posibilidad, lo cierto es que las personas que colaboran en organizaciones no gubernamentales desarrollan una serie de cualidades muy valoradas por los responsables de Recursos Humanos. Es el caso de la capacidad de trabajo en equipo, de sacrificio y de esfuerzo ya que la labor en estas instituciones requiere implicarse de una manera muy activa en los proyectos. También, debido al trato directo con personas en situaciones límite, los voluntarios desarrollan una gran empatía y capacidad de comunicación que facilita y mejora notablemente las futuras relaciones con compañeros o clientes.