El sistema de cualificación de la fuerza de trabajo en España, los cambios y retos que plantea, y sus perspectivas de futuro son el foco del estudio de CaixaBank-Dualiza, Cambios en los perfiles profesionales y necesidades de Formación Profesional en España. Perspectiva 2030. Desde una perspectiva longitudinal, que muestra los cambios producidos en el mercado de trabajo en relación a la cualificación, el informe pone de relieve la necesidad de aumentar los titulados en Formación Profesional para cubrir las necesidades de nuestro mercado laboral y equipararnos con Europa.

Los cambios en el sistema de cualificación

El estudio pone en evidencia la transformación que ha experimentado el mercado laboral en las últimas décadas. Una importante transformación, con cuatro punto principales en torno a los que se produce este análisis:

  • Una feminización del empleo
  • La mejora en los niveles educativos
  • El envejecimiento de la fuerza productiva
  • Y el retraso de los jóvenes en la incorporación al mercado laboral

También analiza cómo han cambiado los procesos de cualificación del personal en las empresas. En los años 70 los trabajadores se formaban en sus puestos de trabajo. Para la mayoría de los puestos, no había conciencia de que había que acceder al empleo con una formación previa: se aprendía trabajando. Los años 80 y posteriores supusieron un cambio hacia lo que se llamó: la gestión cualificada de la mano de obra. Las empresas buscaban profesionales con titulaciones, tanto de FP como universitarias.

La llegada de Internet a finales del siglo XX y comienzos de los dos mil, introdujo nuevas necesidades en las cualificaciones. A partir de entonces, los cambios se han desencadenado tan rápidamente que el sistema de formación no ha podido adaptarse a la misma velocidad.

Futuros titulados en Formación Profesional dando una clase

La sobrecualificación y la escasez de titulados en Formación Profesional

Pero también otros factores han sido decisivos en la configuración de un sistema de cualificación inadecuado como las altas tasas de desempleo. Esta preocupación sobre la escasez de oportunidades laborales durante los años 80 y 90, provocó que se instalara la idea de que la formación universitaria aseguraría las probabilidades de encontrar un trabajo. Y así fue, en parte. Pero se produjeron efectos perversos como la sobrecualificación.

Como consecuencia, hubo una gran disponibilidad de perfiles con una preparación técnica superior a los requisitos de los puestos, y un mercado laboral que no era capaz de absorber tal nivel de cualificación. Fue entonces cuando empezaron a tomar protagonismo las habilidades soft. El volumen de trabajadores cualificados era muy grande (también lo fueron el número de trabajadores sin cualificar).  Las competencias técnicas estaban sobradamente cumplidas y la diferencia la marcan las habilidades blandas.

Desequilibrio entre titulados de FP y universitarios

Esta ineficaz adaptación del sistema de cualificación a las necesidades del mercado laboral, que requiere de competencias tecnológicas que no encontraba (y todavía escasean) y titulaciones intermedias, produjo, además, altas tasas de abandono escolar y falta de graduados en FP.

Como resultado de este recorrido, el sistema de cualificación en España, sigue el estudio, se caracteriza por un peso importante de trabajadores sin titulación, un déficit de mano de obra con cualificaciones intermedias y superiores en los sectores tecnológicos e industriales y un desequilibrio entre la fuerza laboral con titulaciones de Formación Profesional y las titulaciones universitarias.

La nueva Formación Profesional

El Observatorio de la Formación Profesional calcula que se crearán casi diez millones de oportunidades de empleo en este decenio y que la Formación Profesional será clave. Para poder cubrir estos empleos y equipararse a nivel europeo será necesario duplicar el número de personas con titulación de FP. Pero deberá hacerlo mejorando la oferta en tres paquetes de competencias: los idiomas, las habilidades blandas (soft) transversales y las digitales.

La importancia de la formación profesional no se ve solo desde el punto de vista del acceso al empleo, al inicio de la carrera profesional, sino también como herramienta para el long life learning con un nuevo modelo de mercado laboral que requiere de aprendizaje continuo.

La Formación Profesional se reinventa y va adquirir un mayor impulso con la recientemente aprobada Ley de la Formación Profesional que pretende situarla como motor del empleo en nuestro país a través del fomento de la FP Dual en las empresas.