En el tiempo que llevamos de cuarentena, a la gente que está teletrabajando se le han caído muchos mitos sobre esta modalidad de empleo. Algunas tareas que en tu puesto te costaban relativamente poco, se complican si las realizas desde casa, pues no tienes la inmediatez de la presencia física. Reflexionamos sobre ello y te ofrecemos cuatro útiles consejos para conseguir ser más productivos. Te vendrá bien leerlos tanto si trabajas desde casa como si estás yendo a la empresa.
Planificar un horario para ser más productivos
Hay una actividad que constituye un auténtico ladrón de tiempo: ver qué vas a hacer cuando acabes lo que tienes entre manos. Esto es lo que muchas veces hace caer de manera irremediable en la procrastinación. Una forma de evitarlo es tener prevista de antemano una planificación. Así, cuando vayas terminando tareas, sabrás qué es lo siguiente en tu lista sin tener que pararte a pensar siquiera.
Conviene que elabores una planificación general, si es posible mensual. En ella establecerías los objetivos que debes cumplir en este periodo de tiempo y puedes hacerla a finales del mes anterior o principios del mes en que te encuentres. Después pasarías a una semanal; puedes fijar un día de la semana para hacerlo. Esta es una forma ideal que no queden atrás ciertos cometidos que tienden a caer en el olvido. Por último, cada día dedica de 10 a 15 minutos para organizar la jornada.
Acotar los tiempos de reuniones y prever interrupciones
Si lo sabes con suficiente antelación, puedes integrar en tu planificación las reuniones que vayas a tener en la semana. Como una reunión no depende solo de ti, es conveniente, en la medida de lo posible, que llegues a un acuerdo con tus interlocutores sobre la duración del encuentro. Hacer un breve esquema de los puntos que se vayan a tratar te va a resultar de mucha utilidad para que no se quede nada en el tintero. Además, es una forma de mantener el hilo conductor en todo momento.
Otro de los factores sobre los que no puedes llevar un control total es sobre las interrupciones. Sin embargo, sí puedes paliar sus efectos. Por ejemplo, si consideras que hay un periodo del día en el que te van a interrumpir más, deja para entonces las tareas que requieren menos concentración o que ocupan menos tiempo. En caso de que lo que te interrumpa sea el correo o las notificaciones, establece horarios en los que los que puedas dedicarte solo a atenderlos.
Jerarquizar tareas para ser más productivos
A la hora de planificar es importante tener en cuenta la jerarquía de tareas para poder ordenarlas en el día, en la semana o incluso en el mes. Para ello tienes que establecer su nivel de importancia.
Tendemos a pensar que todo lo urgente va primero; sin embargo, si solo das salida a lo urgente, lo que lo es menos nunca estará listo, y a veces es imposible llevarlo a cabo de una sola atacada. Por eso conviene distribuir las tareas en el día por orden de urgencia, pero introduciendo también otras tareas que sean más «de fondo». Puedes pensar en porcentajes: un 60% de la jornada para tareas urgentes, un 25% para tareas importantes y el 15% restante para cometidos menos apremiantes.
Cómo ser más eficiente descansando lo necesario
Las pausas durante la jornada son tan necesarias como tener un tiempo de desconexión y descanso, y unas horas suficientes de sueño. Estar continuamente pendiente del trabajo puede llegar a sumirte en una especie de nebulosa donde todos los bordes se van difuminando y no terminas de tener claro los límites entre tu vida personal y la laboral.
Todo ello te hace caer en el estrés o en el síndrome burn-out. Esto no solo te resta productividad porque te resulte cada vez más difícil enfocarte hacia un objetivo, sino que llevado al extremo puede tener consecuencias graves sobre tu salud física y mental.
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