Nuestra atención es un tesoro codiciado por intereses de todo tipo. Pero también es frágil, volátil y difícil de mantener bajo control. Es una gran puerta de entrada a nuestro interior y motor de la voluntad. Puesta a su servicio, es una aliada indispensable para conseguir propósitos. La concentración, atención prolongada en el tiempo, pueder ser una circunstancia de máxima productividad y creatividad laboral. Conseguir ese estado es un triunfo que no debemos infravalorar. ¿Cómo concentrarse en el trabajo?
Aprender a concentrarse es cuestión de voluntad
Y es que estímulos no faltan. Lograr la concentración es cada vez más costoso en un mundo que exige continuamente que le prestemos atención, donde todo es cada vez más abierto, líquido y cambiante. También en los espacios de trabajo. Siendo consciente de ello se puede actuar para construir y cuidar un buen estado de concentración en el trabajo.
1.Empecemos por el principio: Tómate unos minutos antes de comenzar la jornada para planificarla, incluidos los descansos. Es garantía de que no te vas a sobrecargar y de que la concentración no flaqueará a última hora por cansancio (no tanto, al menos). Haz un ejercicio de realismo y no te impongas más de lo que realmente puedes hacer. Con la práctica, ajustarás cada vez más el tiempo que lleva cada tarea que acometas.
2.Prioriza lo que más trabajo te va a llevar para el momento del día en el que te encuentres con todos tus sentidos al cien por cien. Hay quienes este momento les llega por la mañana, a primera hora, y quienes son más vespertinos y se activan por la tarde. Si puedes elegir, haz caso a tu biorritmo o a las circunstancias propicias como la hora de más calma en la oficina y aprovéchala.
3.Ayúdate de música si puedes. Cuando estás en un espacio donde el ruido es inevitable (oficinas abiertas, mucho jaleo de entradas y salidas) es posible entrenarse para saber construir la concentración y cuidarla. Protege tu punto de concentración: sé claro, con amabilidad, sobre tu necesidad de que no te interrumpan. Quizás unos cascos con música te pueden ayudar a preservar esos momentos. Procura equilibrar los momentos de concentración con los que sirven para tener interacción con los demás.
Cómo mantener la concentración
4.Persiste. El cerebro estará intentando escapar. No cedas a otros estímulos. Durante el tiempo que te has propuesto comenzar y finalizar una tarea no des tregua. Se cruzarán mil pensamientos-trampa para dejar lo que estás haciendo. Di siempre: ahora no y continua hasta que termines lo que estabas haciendo o la hora que te fijes. Este entrenamiento será recompensado con la satisfacción del trabajo acabado a tiempo.
5.Evita la procrastinación. Hay que superar el posponer hasta que no queda más remedio la tarea que más cuesta pero que, irremediablemente, hay que hacer. Es curioso, pero este postegar hasta el último momento, por otra parte, favorece una productividad intensa en cosas banales (o que no es el momento de acometer). Detecta cuando estás procrastinando y utiliza tu fuerza de voluntad para volver otra vez con lo que estabas.
6.Puedes probar con técnicas como la del pomodoro en la que se programan 25 min de concentración máxima y cinco minutos de descanso con un temporizador (el que bautizó esta técnica utilizó uno de cocina con forma de tomate). Cada dos horas, quince minutos de descanso. La dinámica concentración-descanso logrará que seas más productivo. Es como empaquetar el tiempo no dejando que se dilate mientras trabajas. Servirá también para calcular lo que te lleva hacer una tarea y podrás planificarla mejor. Durante los momentos de trabajo es importante no permitir distracciones que roben la atención. Dales su tiempo, pero después.
Trucos para concentrarse mejor en la oficina
7.Planificar las interrupciones: En una oficina son continuas las interrupciones con peticiones y comunicaciones. Un ejercicio que pude ser muy eficaz para respetar la concentración que todo el mundo necesita para trabajar es hacer una práctica de contención. No interrumpir a las demás personas cada vez que surja una necesidad. En vez de eso, reúne toda la información que quieras transmitir en momentos planificados previamente (al comienzo del día, en mitad de la jornada, según se hay ido desarrollando la misma). Generalizar esta actitud mejorará el clima de trabajo.
8.Si está en tu mano, habilitas zonas de no interrupción o propón hacerlo. Para tareas específicas que requieran concentración o para personas que lo necesitan.
9.Duerme las horas suficientes. El cerebro descansado se desconcentra menos. Haz un poco de deporte. Además del propio beneficio que supone para el organismo la rutina del deporte te ayudará con otras rutinas que serán la base para fortalecer la voluntad, compañera de la concentración.
Por si no sabes de lo que te hablamos porque cuando trabajas lo haces en una burbuja antidispersión te dejamos este vídeo con los sonidos de una oficina para que te hagas una idea 😉
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