En una entrevista lo más importante es tu experiencia y tu currículum, eso es así. Pero cuidar las circunstancias que rodean el momento de la entrevista de trabajo pueden sumarnos un tanto. Por ejemplo, construir un buen vínculo con tu entrevistador para la ocasión, caer bien en una entrevista. Seguro que ya pones en práctica alguno de ellos para otras facetas de la vida. Pero no está de más recordar algunos consejos para conseguir sintonizar con las personas que te van a entrevistar.
Ir bien informado sobre la empresa…
Y también sobre la persona que nos entrevista. Muestra interés por la deriva de la empresa: puedes informarte en medios especializados en organización empresarial, en las secciones de economía de los diarios. Consulta sus redes y quédate con dos o tres artículos de los que hayan compartido allí. Lo que las compañías muestran en sus redes tiene mucho que ver con su personalidad, con la imagen que quieren proyectar a sus grupos de interés ( seguro que te suena: visión, misión y valores). Son temas con los que quieren vincular su marca, por lo que saber que ha calado les gustará saberlo.
Puedes hacer lo mismo con la persona que te entrevista. Investiga en sus redes profesionales cuál es su especialidad o qué tipo de experiencia tiene. No está de más retener dos o tres detalles para preguntar (siempre desde la discreción y sin emitir ningún juicio) por ellos si hay oportunidad. El interés sobre los aspectos profesionales (nunca los personales) desde el respeto, es una buena manera de sentar las bases del entendimiento.
Sinceridad sin sincericidio
Responde a las preguntas que te hagan con sinceridad. Pero también desde la prudencia. Sin mentir, pero sin dar demasiados detalles sobre cuestiones que no sabes si te van a perjudicar. No entres en polémicas ni las propongas.
Ojo con hacer chistes o comentarios jocosos, sobre todo si son sexistas, racistas o atentan contra la imagen de algún colectivo. Además de no ser ético puede suponer un descarte automático de tu candidatura. Si, desde el otro lado, escuchas algún comentario de ese tipo no entres en el juego, y déjalo pasar e intenta cambiar de tema. No es un buen momento para dar tu opinión. Pero podrá servirte para tomar una decisión sobre si entrar o no en la empresa, en caso de que superes la entrevista.
Mantener el contacto visual y algunos temas de los que hablar
Durante la entrevista mantén el contacto visual de una forma natural. Es decir, no continuamente porque puede resultar inquietante. Pero hazlo siempre, mientras escuchas sobre todo. Si estás valorando este consejo es, probablemente, porque tu timidez te dificulta mantener la mirada. Pero haz un esfuerzo por apoyarte en ello cuando te hablan. Si hay más de una persona entrevistándote, dedica la mirada a todas las personas del encuentro.
Aprovecha alguna de las características de la ubicación de la empresa para hacer un comentario en positivo, o un servicio del edificio que sea digno de mención: unas buenas vistas, un lugar privilegiado de la ciudad que es interesante por ser una zona muy animada, la cercanía del transporte público.
Un truco para favorecer la sintonía puede ser preparar algún tema recurrente. Alguna cuestión de actualidad que no tenga mayores implicaciones. Pero cuidado con parecer un listillo o una enterada, siempre con prudencia y hablando lo justo sobre ello.
Lleva una indumentaria discreta y sonríe para caer bien en una entrevista
Debido a que el protocolo anti-Covid todavía se sigue en muchas empresas seguramente no tendrás que dar la mano. En su lugar, una ligera inclinación de la cabeza y el cuerpo hacia delante a la japonesa puede funcionar igual que un apretón de manos. Eso sí, procura seguir la propuesta: si te tienden la mano dala, y si te hacen un gesto como alternativa para evitarla no insistas.
Sonreír favorece la empatía. En estos tiempos quizás debas acudir con mascarilla a la entrevista, por lo que procura que tu sonrisa se traslade a los ojos. Habla claro y de manera sosegada, estructurando lo que vas a decir para no liarte y no trasmitir confusión.
Acude a la entrevista con ropa limpia, planchada y lo más discreta posible. Llevar algo llamativo es una decisión arriesgada, porque no tienes la certeza de que no vaya a jugar en tu contra. Es preferible que sea tu currículum y experiencia laboral la que hable de ti, más que la originalidad de tu vestimenta.
Por último, algo fundamental: no llegues tarde. Si esto ocurre, costará mucho trabajo deshacer la idea sobre la falta de respeto por el tiempo perdido que se instalará en la cabeza de tu entrevistador.
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