¿No tienes paga extra en navidad? Te proponemos algo. Quienes reciben una nómina doble al final del año suelen dedicar ese dinero extra para los gastos de estas fechas. En realidad, todas las personas asalariadas reciben una paga extra por ley, pero algunas la llevan incluida en la nómina de cada mes, es decir, prorrateada. De esta manera, se incrementa un poco el sueldo, pero a cambio, las épocas donde otras personas reciben la paga extraordinaria, la nómina se queda igual en aquellas que son prorrateadas.
Paga extra DIY
Sin embargo, en navidades se dispara el gasto y una buena solución es haber conseguido un pequeño colchón para poder sufragarlo. Hacerse una paga extraordinaria de navidad ahorrando la cantidad correspondiente a la paga extra que se recibe mes tras mes, es una estrategia para enfrentar estos gastos inevitables que desestabilizan tanto el bolsillo. Una idea es apartar ese dinero y etiquetarlo con las palabras “paga extra de navidad”. La alegría será la misma cuando llegue el momento de disponer de él.
La sociedad de hiperconsumo en la que vivimos obliga a un ritmo de gasto que va en contra de muchas economías familiares e individuales, donde los únicos ingresos que entran son los que se derivan del trabajo. En demasiados casos, ni siquiera eso porque el dinero mensual disponible es el que proviene de una ayuda o subsidio.
Planificar el ahorro y reducir el consumo: el control del gasto se impone
Esta escasez de recursos económicos lleva a que, en ocasiones se recurra a pedir créditos personales para poder estar a esa altura. Pero esta decisión puede provocar un círculo peligroso de incremento de la deuda personal o familiar. Para evitarlo, una buena medida es prever el gasto con antelación: pedirse un crédito a uno mismo ahorrando esa cantidad antes de que llegue el momento de gastarlo. Se puede empezar a ahorrar desde principios de año para las próximas navidades.
Una pauta con la que acompañarla es reducir el consumo, una tendencia que empieza a calar en todos los niveles: desde las instituciones, las empresas y la propia ciudadanía. Buscar soluciones creativas para compartir gastos en las celebraciones, comprar solo las cantidades de alimentos necesarios con el fin de que no se generen desperdicios y hacerlo de manera consensuada con la familia o personas cercanas. Es una forma de educar en el control del gasto y de incorporar una mirada más global y empática con el resto de personas que tienen graves dificultades para sobrevivir día a día.
Los trasteros de las ciudades están llenos de cosas inservibles que un día se compraron con mucho esfuerzo y que pronto se dejaron de usar. La sostenibilidad también tiene que ver con limitar la cantidad de cosas que se poseen. No contribuir a la producción ingente de objetos favorece un mundo más sostenible y a llevar un mejor control de las finanzas personales. Y puede ser un excelente ejemplo para los peques con los que se convive.
Algunas ideas para afrontar los extras de estas fechas
Otras de las medidas que pueden ayudar a ahorrar pequeñas cantidades que a la larga pueden convertirse en sumas interesantes son este tipo de gestos.
Pagar en efectivo hace que haya un mejor control sobre las compras que cuando se hace por medios electrónicos donde el gasto queda en cierto modo invisibilizado. También apuntar al final del día lo que se ha gastado. Es una manera de sacar a la luz los “gastos hormiga”, esos que pasan desapercibidos uno a uno pero que, sumados, se convierten en importantes cantidades que desestabilizan un presupuesto diario o mensual. En este sentido, es fundamental hacer un presupuesto para cada previsión de compra. Definir una cantidad de dinero concreta a cada gasto antes de realizarlo. Por supuesto, debe hacerse una meticulosa revisión de las facturas de los suministros de luz, gas, y telefonía.
Es importante ser dueño de la propia economía, decidir en qué se gasta lo que se gana y pensar dos veces (o tres) si realmente es tan necesario. Te harás un favor a ti mismo, a los tuyos, pero también se puede contribuir al mantenimiento de un planeta más limpio. El hiperconsumo está en contra de la sostenibilidad. La acumulación de objetos con una escasa vida útil es el resultado de un consumo de recursos excesivo que han terminado dañando gravemente el medio donde vivimos la humanidad y el resto de seres vivos.