Conseguir un empleo no resulta nada sencillo, todos lo sabemos. Pero la búsqueda se complica mucho más si no logramos superar ciertas barreras limitantes. Estas barreras en la búsqueda de empleo pueden tener su origen en el exterior, aunque en la mayoría de las ocasiones nacen directamente en nuestra cabeza. No obstante, todos los obstáculos pueden contrarrestarse. Te proponemos algunas fórmulas para eliminarlas o, al menos, para intentar afrontarlas de otra forma.

Qué son y cómo se manifiestan las barreras en la búsqueda de empleo

Encontrarse en desempleo suele provocarnos cierta ansiedad, miedo o preocupación. En determinadas circunstancias, además, aparecen las llamadas barreras del empleo, que bloquean y dificultan aún más nuestra búsqueda activa en pos de la inserción laboral.

Estos muros, aparentemente infranqueables, pueden tener relación directa con el contexto que nos rodea. Otras veces, sin embargo, son barreras personales que tienen que ver con nosotros y nuestra forma de afrontar los hechos.

Algunas de estas barreras serían las siguientes:

  • La falta de cualificación para acceder a determinados puestos de trabajo
  • La brecha generacional, la brecha de géneroy otros aspectos personales
  • Una situación macroeconómica incierta e inestable
  • Dificultades para la conciliación laboral y familiar
  • Situación crónica de inactividad
  • Escasa o nula red de contactos
  • Actitud derrotista y desmotivación

Muchas de ellas existen en la realidad y son extremadamente potentes. Por ello, desgraciadamente, las personas que presentan algunas de estas características se encuentran con mayores dificultades para acceder a un puesto de trabajo. La edad, la falta de experiencia o de formación específica o el género, siguen siendo factores limitantes para encontrar un empleo, y la sociedad en su conjunto tiene mucho camino que recorrer en ese sentido.

Candidata preocupada por su falta de experiencia, una de las Barreras en la búsqueda de empleo

Cambiando la perspectiva, destruyendo muros y limitaciones

Sin embargo, ni mucho menos debemos arrojar la toalla. De hecho, las barreras están para derribarlas o, en todo caso, para superarlas. Solo tenemos que pensar en cómo hacerlo. Y la mejor manera es, en primer lugar, cambiando la perspectiva. Modificando la postura y el lugar desde donde miramos.

Pero ¿Cómo hacerlo? Estas son algunas sencillas fórmulas que pueden sernos útiles:

  • Redefinir la curva de valor: quizás existan habilidades, conocimiento y cualidades de tu perfil que no estás potenciando correctamente. Prueba a hacerlo. No solo importa lo que te falta, sino también lo que ya tienes.
  • Buscar en otros sectores: puede que dichas capacidades encuentren mejor acomodo y sean más importantes en otro tipo de trabajos. Analiza mejor el mercado y piensa hacia dónde orientar tu potencial.
  • Participar y expandirse: habla con tus conocidos, acude a citas, reuniones, seminarios y eventos donde puedan aparecer oportunidades laborales o, al menos, opciones de conocer personas, organizaciones o grupos que puedan ayudarte.
  • Busca orientación laboral en el Ayuntamiento de tu localidad, en las asociaciones locales o en otro tipo de organizaciones. Te ayudarán a reflexionar para seguir avanzando.
  • Utilizar los hobbies: aquello que te gusta hacer puede ser una estupenda opción laboral. Investiga y abre esas puertas.
  • Formación y más formación: no dejes de actualizarte, pero hazlo con cabeza. Busca cursos de calidad, que puedan hacerte avanzar en lo que ya sabes. O bien aquellos que te ayuden a introducirte en un sector nuevo donde veas posibilidades que encajan con tu perfil.
  • Propiciar momentos de disfrute y sosiego: la familia y los amigos son fuente de inspiración y de buenas experiencias. Apoyarte más en ellos te servirá para salir de una actitud negativa en la búsqueda de empleo.