Algunas organizaciones deciden usar el modelo de entrevista estructurada durante el proceso de reclutamiento. Se trata de una estrategia que deciden utilizar las empresas en determinadas ocasiones.
Por lo tanto, conviene que estés al tanto de sus características y de la forma en que debes enfrentarte a la situación llegado el caso.
Entrevista estructurada vs entrevista no estructurada
Cuando te enfrentas como candidato a una entrevista formal y profesional en la que se realizan una serie de preguntas estandarizadas que buscan recabar datos concretos, estás sin duda una entrevista estructurada.
Significa que los reclutadores quieren asegurarse de que van a reclutar a los candidatos idóneos para el puesto ofertado. Es habitual cuando se trata de un trabajo que requiere alta cualificación y comporta grandes responsabilidades.
En esos casos, se diseña una entrevista con una serie de preguntas comunes para todos las personas que son convocadas. De esta forma, la empresa cuenta con una prueba objetiva que permite comparar a todos los candidatos con un baremo común.
En el extremo opuesto estaría la entrevista no estructurada, que tiene un carácter no formal y que se basa mucho más en la experiencia y la intuición del reclutador a la hora de evaluar.
Sin embargo, no hay que entenderlas como dos categorías separadas, sino más bien como un continuo entre dos extremos.
Cómo saber si te vas a enfrentar a una entrevista estructurada
Aunque en muchas ofertas de trabajo se anuncia ya previamente que se utilizará el formato de entrevista estructurada, lo más habitual es que no sepas de antemano si lo será.
Si no es así, y nunca has optado con anterioridad a un puesto en esa misma organización, es muy recomendable que hagas una prospección en redes sociales en busca de otras personas que sí lo hayan hecho. También puedes indagar a través de tus contactos, por supuesto.
La razón es que la entrevista estructurada requerirá de ti un trabajo previo si deseas tener las mejores oportunidades de ser seleccionado.
En cualquier caso, puedes dar por sentado que te enfrentarás a una:
- Si te presentas a un trabajo que requiere una alta cualificación técnica o una gran experiencia.
- Si se trata de una multinacional o una gran empresa. Suelen tener procesos de selección muy estandarizados.
- Si en la oferta se habla de pruebas o ejercicios específicas o de una entrevista formal.
Preparación previa para la entrevista
A partir de ahí el primer paso es investigar a la organización. Averigua todo lo que puedas sobre ella. Y, si te es posible, habla con personas que hayan pasado anteriormente por ese mismo proceso de selección de la compañía.
Especialmente si ya tienes experiencia te será sencillo hacerte una lista con las posibles preguntas que pueden hacerte. Practica todo lo que te sea posible las respuestas con alguien de confianza y trabaja especialmente la naturalidad con la que las expresarás.
Es muy posible que en una entrevista estructurada se te planteen preguntas prácticas sobre situaciones en las que tu respuesta dé al reclutador las claves sobre cómo te vas a enfrentar a los desafíos de tu trabajo.
Este caso es un subtipo conocido como entrevista de incidentes críticos. Puede tratarse de situaciones hipotéticas o también pueden interrogarte sobre situaciones reales de puestos que has ocupado en el pasado.
Como en cualquier otra entrevista, cuida al máximo tus habilidades de comunicación. Sé conciso y responde sin extenderse demasiado y tratando de que tu lenguaje no verbal transmita profesionalidad, tranquilidad y serenidad.
Demuestra interés en el puesto de trabajo al que optas y el equipo con el que trabajarás preguntando al entrevistador. Aquí será crucial el trabajo de investigación que habrás hecho al principio. Eso demostrará inteligencia e interés por tu parte.
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