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Empleada negociando su sueldo con su responsable

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Cómo negociar tu sueldo sin sentir culpa

Negociar tu sueldo puede ser una de las partes más incómodas de una entrevista laboral o de una conversación con tu jefe. Muchas personas sienten culpa por pedir más dinero, como si estuvieran siendo egoístas, exigentes o poco agradecidas. Pero no tiene por qué ser así. En este post te explicamos cómo negociar tu sueldo sin sentir culpa y con mayor confianza.

¿Por qué sentimos culpa al negociar?

Ese sentimiento de culpa que sentimos puede venir de varios factores. Reconocer estos pensamientos es el primer paso para superarlos:

Recuerda: negociar no es exigir

Una negociación salarial no es un conflicto ni una pelea. Tampoco estás pidiendo un favor. Es una conversación profesional, en la que ambas partes buscan llegar a un acuerdo justo. Tu quieres un sueldo acorde a tu experiencia y capacidades, y la empresa quiere un empleado motivado y comprometido.

Piensa en esto: si la empresa te está considerando como candidato, es porque le interesas. Ya has causado una buena impresión. Lo que sigue es hablar de condiciones, no de tu valor como persona.

Y si ya formas parte de la compañía, tus responsabilidades, tu experiencia y tus resultados servirán para revisar las condiciones de tu puesto.

Prepárate antes de negociar tu sueldo

La preparación es clave para negociar tu sueldo sin culpa ni nervios:

Durante la conversación: habla con claridad y respeto

Al momento de hablar del sueldo, mantén una actitud profesional, sin disculpas ni excusas.

Algunos ejemplos de frases que puedes usar:

No hace falta dar explicaciones personales (“tengo deudas”, “quiero ahorrar”, etc.). Vas a negociar tu sueldo en base a tu valor profesional, no a tu situación privada.

¿Y si me dicen que no?

Es normal que aparezca algo de incomodidad a la hora de negociar tu sueldo, sobre todo si no lo has hecho antes. Pero no olvides que lo único que estás haciendo es defender tu trabajo y el valor que aportas, y no hay nada malo en ello.

La empresa también negocia: ellos intentan cuidar su presupuesto y tú buscas lo mejor para tu carrera, así que es natural que ambas partes hablen de condiciones. Además, negociar es una habilidad que se aprende. Cuanto más lo practiques, más seguridad tendrás y menos extraño se sentirá.

Si la empresa no puede ofrecerte lo que pides, evalúa si te interesa seguir adelante. A veces, también hay margen para negociar otros aspectos, como home office, días libres, capacitaciones o bonos. Todo suma. Plantéalo, por ejemplo, de esta manera:

Negociar tu sueldo no tiene que ser un momento de tensión. Puede ser una oportunidad para reafirmarte, conocerte mejor y sentar las bases de una relación laboral saludable.

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