Al hablar de tu anterior empresa en la entrevista laboral, es clave guardar una cierta ecuanimidad y discreción. Evita entrar en detalles sobre el trabajo anterior, tanto si estás optando a una vacante como si ya estás ejerciendo en el nuevo puesto. Enfatiza los aprendizajes, tus logros y mantén una actitud sincera y transparente. Busca el equilibrio entre la crítica y el elogio, demostrando tu profesionalidad. Da razones si ha sido un despido en una línea estructural.

Consejos para hablar de tu anterior empresa

Para hablar de tu anterior empresa en una entrevista laboral, lo primero que tienes que saber es que no es aconsejable que te adelantes a la pregunta. Es muy probable que en algún momento el reclutador quiera saber sobre tu último trabajo. En este momento es útil que sigas estos consejos:

  • Mantener un enfoque positivo: la manera en la que hablas de tus jefes anteriores pone de manifiesto aspectos de tu perfil que pueden ser valorados por el entrevistador. Podrá hacerse una idea sobre tu personalidad y tus calificaciones.
  • Compartir tus responsabilidades y logros: procura que tu respuesta no sea estandarizada y personaliza. Pon el acento en tus méritos, y en tu deseo de mejorar y crecer en otro entorno laboral.
  • Explicar la situación con sinceridad y transparencia: es necesario comunicar las circunstancias que te han llevado a buscar un nuevo empleo de manera clara. Sin embargo, piensa previamente qué razones vas a exponer y cuáles no para no ser malinterpretadas.
  • Buscar el equilibrio: el mensaje que debes transmitir no tiene como objetivo ni criticar ni glorificar a la antigua empresa. Entre las razones para haber salido del otro trabajo, puedes argumentar que estás buscando algo más estable. O que tienes aspiraciones de crecimiento profesional que no eran satisfechas, y que estás convencido que en la empresa a la que optas sí podrán ofrecerte.

Consecuencias de hablar mal de la empresa

Hablar mal de la anterior empresa nunca va a suponer un punto a tu favor, ni siquiera en el caso de que sea la competencia. En el caso de que haya sido un despido, en particular, más bien tendrás que justificar tu profesionalidad sin incurrir en la crítica.

La interpretación de tus motivaciones a favor tuyo va a depender de muchos factores. El anterior despido no debe ser una razón para no pasar el proceso selectivo, pero debes cuidar el contenido y las formas en la comunicación.

Si hablas mal de la anterior empresa, en primer lugar, vas a ser clasificado como empleado problemático. Además, pierdes tiempo y una gran oportunidad para hablar bien de tus competencias y habilidades. Incluso, en algunos casos, la empresa a la que optas investigará el otro lado de la historia. Si no hay correspondencia, será difícil que seas seleccionado.

Intenta justificar la razón del despido, si es el caso, hablando de la situación económica y la necesidad de recortar personal. Pero no ahondes en los detalles.

Siempre que puedas desvía la pregunta hacia una comunicación asertiva de las ventajas de la situación. Destaca también los aprendizajes que te llevas en términos constructivos.