Si estás ante una propuesta de mejora salarial por parte de tu empresa, deberías preguntarte cuál es la opción más aconsejable. ¿Recibir el aumento en salario, o beneficios sociales? Todo dependerá de lo que te ofrezcan o de lo que puedas negociar. Existen condicionantes que deberías conocer y tener en cuenta. En este artículo tratamos de arrojar luz al respecto para que sepas a qué atenerte en cualquiera de las dos situaciones.

Aspectos a tener en cuenta ante un aumento de sueldo

Si estás delante de un posible incremento de tu remuneración, deberías analizar con detenimiento las condiciones de dicho aumento. O bien, negociar con la empresa las características que debería tener dicho incremento.

En primer lugar, recuerda que una subida de sueldo suele suponer también un aumento en la cantidad de IRPF a tributar. Por lo tanto, procura negociar tu subida en términos de salario neto o bien asegúrate qué aumento de la cuota de IRPF tendrás que asumir. En muchas ocasiones, a pesar de que nuestro salario bruto aumenta considerablemente, nuestra tributación también lo hace y, finalmente, eso repercute en el salario neto, donde apenas vemos reflejado dicho aumento.

Para cerciorarte bien y negociar en base a este aspecto, puedes acudir a las tablas de IRPF de tu comunidad autónoma para conocer en qué tramo se te incluirá y cuál es la cantidad que pasarás a pagar a Hacienda.

Algo similar ocurre respecto a la cotización a la Seguridad Social. En estos casos, confirma con tu empresa si esa subida incluye el pago de un nuevo complemento salarial por cambio de puesto y si, en caso afirmativo, dicho plus cotiza o no cotiza, ya que estos aumentos en las prestaciones laborales también suelen influir en tu salario neto.

Negociando salario o beneficios sociales

Salario o beneficios sociales: la retribución flexible como fórmula al alza en la actualidad

Hoy en día, las empresas y sus departamentos de recursos humanos se decantan cada vez más por los llamados beneficios laborales, que se hacen efectivos bajo el formato de la retribución flexible. La empresa, como parte del salario o, en este caso, del aumento propuesto a sus empleados, incluye en la nómina otras cantidades relacionadas con el coste de la guardería de sus hijos, un seguro médico privado o la equivalente al gasto mensual de restaurante. Son salarios en especie y forman parte de lo que se conoce como salario emocional: medidas destinadas a facilitar la vida privada de los trabajadores sin que, además, provoquen una merma en su poder adquisitivo.

Por lo tanto, ¿es más interesante la retribución flexible ante un aumento de sueldo? Como decíamos, debes valorarlo. Analiza, por ejemplo, el tipo de beneficios que se te ofrecen o puedes necesitar, su fiscalidad, o tu situación económica y familiar en esos momentos.

Sin embargo, a priori, es cierto que la retribución flexible ofrece una ventaja clara tanto a la empresa como al trabajador: sin que exista una merma en las cantidades salariales que se perciben, estos salarios en especie llevan aparejados, además, una serie de beneficios fiscales. La condición es que no superen el 30% del salario bruto anual. Fiscalmente, los beneficios son importantes: el trabajador no tributa por ellos si no se supera una cantidad mínima a percibir. Por su parte, las empresas obtienen importantes deducciones fiscales en el Impuesto de Sociedades. Además, la base de cotización a la Seguridad Social del empleado, no se ve afectada.

Por último, no debes confundir este tipo de beneficios con otros incentivos salariales, relacionados con pagas de beneficios o conceptos similares que tienen que ver más con la política de la empresa y no con el salario real del empleado.