¿Cuántas ideas habrán quedado en un cajón porque la persona que las tuvo no fue capaz de contar bien lo que pretendía con ella? Muchas de ellas seguro que eran buenas ideas que no lograron la atención necesaria y que terminaron siendo olvidadas. Son casos que se pueden ver tanto en emprendedores que no lograron financiar sus proyectos y sacarlos adelante, como día a día en cualquier empresa con trabajadores proactivos.

Entonces, ¿cómo hemos de presentar una idea para que llame la atención?

 

1. Define el problema que pretendes resolver. La gente busca soluciones para un problema o ideas para obtener un placer. Tu idea tiene que tener alguna aplicación para alguno de estos dos supuestos. Así que lo primero que debes hacer es mostrarle a tu público que tienen alguna necesidad que cubrir.

 

2. Preséntate como la solución a esa necesidad. Tras identificar esa necesidad, tienes que mostrarte como una solución válida que cumple exactamente con todo lo que la gente necesita. Deben quedarse con la sensación de que, gracias a ti, ya no tendrán que preocuparse más por ese problema.

 

3. Pon énfasis a los puntos diferenciadores de tu idea. Bien, pero ¿y si ya existe algo que cubre esa necesidad que pretendes resolver? En ese caso, debes buscar qué diferencia tu idea de otras similares, en qué es mejor. Dale valor a esas diferencias, son las que te harán destacar.

 

4. Ordena tu cabeza y crea una historia. Cuando tengas claro qué necesidad cubres, cómo satisfacerla y en qué te diferencias, llega el momento de ordenarlo y formar una historia. Contar tu idea con datos hará que sea aburrida. Capta la atención de la gente contando historias. La mayoría de la gente preferimos una novela a un libro de economía. Para construir una historia, puedes utilizar el planteamiento clásico: introducción-nudo-desenlace.

 

Como en toda buena historia, habrá un villano y un héroe. En este caso, el villano es el problema que pretendes resolver, y el héroe es tu idea. En la introducción plantearemos la situación actual, hasta que aparezca el problema. En el nudo la historia avanzará a través de ese problema y aparecerá el héroe -tu idea-, que, finalmente, en el desenlace resolverá el problema de manera satisfactoria. ¡Es como escribir un guion de película!

Estos pasos no garantizan el éxito, pero ayudan a que, si la idea es buena, capte mejor la atención de la gente… también de los inversores. Ahora es el turno de construir vuestra historia.

 

Foto: The Day is Summed Up in Post-Its (Flickr) con licencia CC