Durante los próximos años, la creciente demanda de técnicos de Formación Profesional especializados podría no ser cubierta con las personas que hay tituladas en estos momentos en FP. Este es el aviso lanzado en la presentación del «Informe 2022: Una nueva Ley de FP para unos nuevos tiempos», publicado por Caixabank Dualiza en colaboración de Orkestra-Instituto Vasco de Competitividad de la Universidad de Deusto y presentado en Barcelona. Los autores del estudio estiman en 92.500 las ofertas de trabajo que dejarán de cubrirse de aquí a 2030.
La falta de técnicos de Formación Profesional
La evolución del mercado laboral en los próximos años estará condicionada por dos dinámicas que, por otro lado, son propias de un país con nuestro grado de desarrollo.
Por un lado, en 2023 comienzan a jubilarse los miembros de la llamada generación del Baby Boom (1957-1977 aproximadamente), que es la generación más extensa. Se trata de un hito más en el progresivo envejecimiento de la población.
Por otro, el desarrollo del mercado laboral producirá mayor demanda de perfiles técnicos, fruto de la revolución digital y la evolución hacia una economía sostenible.
Según el Informe de Caixabank Dualiza, hasta 2030 se producirán en total 8,6 millones de puestos de trabajo. Una cuarta parte de ellos será cubierta por titulados en Formación Profesional. Esta cifra es el resultado de ponderar los profesionales que comenzarán a jubilarse y los jóvenes que obtendrán su titulación de FP.
La conclusión del estudio dirigido por Juan Pablo Gamboa y Mónica Moso es que la Formación Profesional no será capaz de producir suficientes titulados para cubrir todos esos puestos. La falta de titulados obligará a las empresas a adoptar diversas estrategias para lograr cubrir los puestos necesarios:
- Buscar personas con titulación universitaria.
- Contratar personas sin cualificar.
- Buscar en el extranjero los perfiles demandados.
Ampliar la cantidad de plazas ofertadas en la Formación Profesional podría parecer la solución más obvia. Y, sin embargo, la realidad es que hay suficientes matriculados que cubrirían la brecha de titulados si todos acabaran sus estudios. El problema de fondo es que la tasa de abandono educativo en FP es muy alta, y dobla la del conjunto de países miembros de la OCDE. Solo un 61% de los estudiantes finalizan sus estudios en los años establecidos.
La formación como respuesta
En marzo de este año se aprobó la Ley de Ordenación e Integración de la Formación Profesional, que puede ayudar a suavizar el impacto de la brecha entre demanda de empleo y falta de perfiles.
José Ignacio Goirigolzarri, presidente de Caixabank señaló en la presentación del Informe la importancia de esta ley, ya que aumenta los recursos y apuesta por la adecuación del currículo a las demandas del mercado.
En total, 775 millones de euros provenientes de los Fondos Europeos se están dedicando a la reforma de la Formación Profesional. Entre las diversas vías de actuación a las que están destinadas, una de las principales es reducir la tasa de abandono educativo.
No solo se contempla la formación de los jóvenes. También se quiere utilizar la Formación Profesional para el reciclaje educativo de los empleados senior, con el fin de mejorar su empleabilidad.