En el panorama de crisis económica derivada de la pandemia mundial, hay personas que optan por ser sus propios jefes. Se convierten en emprendedores. Algunos de ellos, con una clara vocación de cambio estructural de las condiciones sociales o medioambientales. Su tipo de actividad se conoce como emprendimiento social y está en auge. Sigue leyendo para conocer esta nueva tendencia que hará de tu vocación de ayuda tu personal respuesta a la inestabilidad del mercado laboral.
A qué nos referimos cuando hablamos de emprendimiento social
El emprendimiento social combina las estrategias económicas de cualquier empresa con la orientación a la resolución de problemas sociales o medioambientales. Los emprendedores sociales conforman su empresa con la prioridad de resolver una o varias necesidades sociales. De este modo, generan un impacto positivo en la comunidad.
Se diferencian de las ONG o las asociaciones sin ánimo de lucro en que su objetivo de cambio social es la base de su negocio. Combinan por tanto los beneficios económicos con la transformación de estructuras que consideran nocivas para la sociedad. Pero ponen la consecución de beneficios por detrás de sus objetivos sociales. De este modo, crean un valor añadido a sus empresas.
Características de este tipo de negocios
Las empresas de emprendimiento social surgen de un clima concreto. Los consumidores actuales son cada vez más conscientes del impacto de sus compras en la sociedad y el medioambiente. Esto provoca que las empresas deban actualizar y acomodar sus modelos productivos a esquemas más justos social y ecológicamente. De hecho, se percibe un aumento del empleo en Sostenibilidad y Medio Ambiente.
Pero ha provocado también una ruptura del modelo de negocio. Ahora algunas empresas tienen como objetivo principal alcanzar este tipo de cambios. Abrazan la responsabilidad social. Luchan contra lacras como el desempleo, la exclusión social, la pobreza o el cambio climático. Son innovadoras sin dejar de ser rentables.
Este tipo de nuevas empresas se caracterizan por:
- Promover el bienestar social.
- Reinvertir parte de sus beneficios en la consecución de sus objetivos sociales o medioambientales.
- Posicionarse por encima de la obtención de beneficios.
- Adaptar los esquemas de marketing y ventas a estos objetivos.
- Crear valor añadido a sus negocios.
La rentabilidad de este nuevo modelo
A pesar de que algunos se empeñen en afirmar lo contrario, la inversión en mejoras sociales es muy rentable. En primer lugar, por la creciente conciencia social y medioambiental de los consumidores. Estos demandan mayor responsabilidad en la producción y venta de bienes y servicios. Los emprendedores sociales tienen muy clara su estrategia de negocio que se basa parcialmente en conocer la experiencia del cliente. Pero también la forma más eficiente de administrar su empresa.
Comienzan por un excelente estudio de mercado. Individualizan el problema social o ecológico que quieren resolver y la manera de conectarlo con los consumidores. Analizan el tipo de consumidor potencial de sus productos o servicios. Y desarrollan muy buenas estrategias de ventas. Como su objetivo está más allá del mero beneficio, pueden optar y obtener subvenciones públicas. De este modo, se ahorran parte de la inversión en su negocio. Pero no dependen de estas aportaciones públicas. Su estrategia es un win to win.
Formas de financiación
Como todo negocio, para mantenerse en el tiempo y crecer necesita financiación. En general, lo novedoso de este modelo alcanza también la forma de financiarse. Suele ser habitual que las aportaciones para fundar la empresa provengan del entorno de sus creadores: familia y amigos. A estas contribuciones se les suele añadir la capitalización de la prestación por desempleo.
Otras formas de obtener dinero son los microcréditos. Pero estos deben seguir los presupuestos sociales de la empresa o de otro modo esta perdería credibilidad y valor. Por eso, en muchas ocasiones se recurre al crowdfounding, que además genera una red social que sirve también de plataforma publicitaria. También están los fundraising o fondos filantrópicos que se encuentran en crecimiento en nuestro país.
Otro recurso financiero es presentarse a premios, que también hacen que la empresa sea conocida y aumentan su valor y reconocimiento. Desde la empresa pública ENISA se ha creado una sección concreta dedicada a la financiación de empresas de emprendimiento social.