La elaboración de un buen CV es fundamental para encontrar un primer empleo o para mejorar el que ya tienes. Ya sabes que hay diferentes modelos. También sabes que debes adaptar la información que aportes a Recursos Humanos al puesto que quieres ocupar. Incluso reconoces que debes reservar un apartado para tus competencias. Quizá sea esta la sección más abandonada. Sin embargo, si sabes cómo redactarla podrás lanzar tu candidatura. La taxonomía de Bloom te ayudará en esta empresa.

Qué es la taxonomía de Bloom

Lo primero, una taxonomía no es más que una clasificación. La que nos ocupa, la taxonomía de Bloom, es una clasificación de competencias de aprendizaje realizada por el psicólogo del mismo nombre en 1948. Su meta era clasificar los objetivos de la educación de modo jerárquico. Dependiendo de la dificultad de cada tarea y de lo complejo de su procesamiento. Y basándose en tres grandes aspectos: cognición, afectividad y psicomotricidad. A pesar de que se centra especialmente en la vertiente cognitiva.

Desde su creación, esta clasificación ha sido revisada y adaptada a los nuevos contextos. Actualmente, se considera que el proceso de aprendizaje consta de diferentes etapas que se construyen unas sobre otras: recordar, comprender, aplicar, analizar, evaluar y crear.

Cada una de estas etapas está asociada a diferentes verbos, que entran dentro de su campo semántico amplio. En este sentido, la primera fase, comprender, está relacionada con los verbos «expresar» y «explicar». Pero en esta fase seremos aún incapaces de «modificar» lo comprendido o «solucionar» problemas, porque estos verbos se agrupan en la siguiente fase: aplicar.

Qué es la taxonomía de Bloom

Los verbos asociados a cada fase

Como hemos visto, cada fase en la progresión del aprendizaje está asociada a una serie de verbos:

  • Recordar: reproducir, observar, repetir, reconocer, utilizar o listar.
  • Comprender: explicar, preguntar, distinguir, comparar, resumir o relacionar.
  • Aplicar: interpretar, escoger, construir, modificar o solucionar.
  • Analizar: inferir, investigar, priorizar o contrastar.
  • Evaluar: defender, concluir, recomendar, reseñar, ordenar o criticar.
  • Crear: transformar, teorizar, revisar o diseñar.

Cómo aplicarlo a las competencias de tu CV

Da igual el formato que escojas para diseñar tu CV. Desde el clásico por apartados hasta los modelos más originales. En todos los casos la redacción debe estar cuidada al máximo. En este sentido, una de las cuestiones a cuidar son las palabras que usas. Así como las páginas de internet se posicionan conforme a determinados términos, también en tu CV ocurre lo mismo. Hay cosas que no debes poner en tu CV.

Para que los reclutadores detecten en el tiempo que dedican a leer un CV todas tus habilidades y competencias estas deben estar muy claras. Si usas los verbos de la taxonomía de Bloom, conseguirás que te entiendan a la primera. Porque rápidamente se entenderá en qué fase de tu aprendizaje te encuentras. De este modo, si dominas una herramienta o tienes afianzada una destreza deberás usar los verbos de la última fase, la de «crear».

Una ventaja añadida es la imagen de profesionalidad que se desprenderá de tu CV. El uso de un lenguaje preciso indica que tienes las ideas claras y que sabes desempeñar cualquier tarea.