La propuesta de reforma laboral del gobierno belga para negociar con los agentes sociales ha sido noticia recientemente por defender la semana laboral de 4 días. Sin reducción ni de cómputo de horas ni de salario. El objetivo es facilitar la conciliación entre la vida profesional y personal. El debate recoge la viabilidad de esta medida en España, donde la mayor parte de la población activa pertenece al sector servicios, y es de difícil implementación. ¿Se podría conseguir en nuestro país?
Actualidad de la semana laboral de 4 días
La redefinición de la jornada laboral para facilitar la conciliación es una de las demandas de los trabajadores que lleva tiempo estando presente en la negociación laboral. Este martes el gobierno belga pone sobre la mesa en la reforma que promueve la jornada laboral de 4 días con el mismo cómputo de horas laborales, es decir, sin reducción ni de la productividad ni de los salarios.
Entre los argumentos para tomar esta decisión se encuentra el de las lecciones aprendidas en la pandemia. Desde la declaración de la crisis sanitaria, el teletrabajo y el modelo híbrido ha sido obligatorio o recomendado. Las mejoras en la conciliación y el creciente posicionamiento de la flexibilidad como un plus a la hora de incorporarse a un proyecto empresarial. Y esto implica, para aquellos profesionales que no tengan cargas familiares, el poder desarrollar su carrera ampliando su formación, por ejemplo. Ya existen testimonios de cómo compañías londinenses han ajustado la jornada de la plantilla de lunes a jueves, y sus empleados han obtenido un máster de viernes a domingo.
Así, la propuesta belga apuesta por la formación y por la protección de los trabajadores, especialmente en plataformas digitales. Además, los empleados podrán optar por un régimen semanal variable, repartiendo la carga de horas proporcionalmente, según sus necesidades en las distintas semanas del mes. Quienes trabajen con horarios variables, deberán conocer su jornada laboral un mínimo de siete días de antelación.
¿Es viable en España?
La propuesta belga parece atender al tipo de contrato, y a los sectores cuya jornada de hecho se limita a las 8h diarias, de las 40 semanales y de lunes a viernes. Es decir, el modelo del funcionariado. La cuestión es que en España gran cantidad de la población activa pertenece al sector servicios, y a la hostelería, que está lejos de poder ofrecer esas condiciones. Tanto en los contratos como en el cumplimiento de los mismos.
El objetivo de esa demanda, que vuelve a poner en el centro de la escena laboral el gobierno belga, es el tan preciado equilibrio entre la vida profesional y privada. En esta necesidad sí hay consenso internacional. El debate entra en la cuestión de si un trabajador puede mantener los niveles de desempeño y productividad deseados, con una jornada de 9,5 o 10 h diarias, aunque suponga un día menos semanal.
La mentalidad del personal autónomo y del presencialismo influye en el pensamiento erróneo de “a menos días trabajados, menos productividad y menos salario”. Sin embargo, las encuestas tras la pandemia apuntan a la necesidad de revisar el paradigma previo. Según muestra el último Informe Infoempleo Adecco: “Mientras que un 4,1% ha sido obligado a reducir sus horas de trabajo: un 4% trabaja entre un 10% y un 24% menos, y un 3,4% ha sufrido una reducción de entre el 51% y el 70% de su jornada laboral”.
¿Qué opinan los trabajadores y las empresas?
En el Informe Infoempleo Adecco también se recoge la opinión tanto de trabajadores como de empresas sobre la jornada laboral de 4 horas. Siete de cada diez trabajadores piensa que es viable. Es más, casi el 60% piensa que se puede hacer manteniendo los salarios.
Las empresas tienen una visión bastante más negativa. Seis de cada diez compañías no ven viable esta práctica. El motivo principal es que no podrían tener los beneficios suficientes si los sueldos se mantienen y se elimina una jornada de trabajo.
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