Ahora que las medidas anti Covid se han relajado, muchas empresas están volviendo al trabajo presencial sin concesiones. Una opción que muchos trabajadores no comparten. ¿Qué razones puedes dar para intentar vencer las resistencias a una jornada más híbrida y poder teletrabajar después de la pandemia?

La opción más deseada: unos días en la empresa, otros desde casa

El teletrabajo fue la manera en la que se mantuvieron muchos puestos de trabajo durante los peores momentos de la pandemia. Ante un escenario actual, cercano a la antigua normalidad, con sus detractores y sus defensores, la mayoría de las personas con las que ha hablado esta redactora optarían, si pudieran elegir, por un sistema intermedio. Con algunos días en las oficinas para continuar nutriendo el vínculo con compañeros y la empresa. Pero otros, desde casa, sin tener que madrugar tanto y evitando atascos o las estrecheces de las mañanas en el transporte público de las grandes ciudades.  Estos son algunos argumentos que pueden acompañar a una petición formal de teletrabajo.

Si nos limitamos a lo puramente laboral, se puede plantear que en casa o donde vayas a trabajar en remoto, se cumplirá en unas condiciones que facilitan el máximo de concentración y, por tanto, productividad. Lejos de las interrupciones y distracciones de los ambientes laborales. En este sentido, aportar datos será decisivo. Puedes contar con ellos después de que, con mucha probabilidad, hayas podido reunirlos tras muchos meses trabajando desde casa. No descartes mostrar una planificación de tus tareas para evidenciarlo.

Sacar a relucir el buen ambiente laboral que tienes… en casa

A una argumentación de más peso puedes añadir que el grado de compromiso con las tareas que recibes es mayor, ya que el ambiente en el que trabajo es menos estresante y te permite realizar tus tareas en circunstancias propicias para un mejor desempeño. Garantiza que estarás completamente disponible a través de los canales de comunicación que sea necesario para atender las solicitudes que estén dentro de tus competencias.

Aunque las medidas anti-covid se han relajado en los trabajos debemos seguir teniendo cuidado, según recomiendan las autoridades sanitarias. Contribuir a una afluencia menor en los centros de trabajo reduce el riesgo de contagio, que todavía puede ser crítico para algunas personas que conviven con colectivos vulnerables al virus.

Empleado solicitando a su jefa teletrabajar después de la pandemia

La ley protege la adaptación de la jornada para conciliar

Una reciente modificación del Estatuto de los Trabajadores permite a los trabajadores adaptar la jornada para poder conciliar con la vida familiar. Entre estas modificaciones de la jornada se contempla el teletrabajo. Es preceptivo para la empresa valorar esta petición y justificarla en caso de que se niegue.

Atender a nuestras responsabilidades laborales cuando los peques enferman o  una vez han terminado el colegio, puede ser un buen argumento a favor del teletrabajo. Muchos padres solicitan a sus empresas poder teletrabajar para ocuparse de sus hijos durante las vacaciones estivales, de esta forma no es necesario pedir excedencias de unas semanas por esta causa. También puede ser válido para evitar ausencias prolongadas cuando necesitamos cuidar de personas mayores o personas dependientes a nuestro cargo.

Flexibilidad como argumento definitivo para teletrabajar después de la pandemia

Si tu vida personal te permite organizarte en cualquier horario, puedes proponer un turno que sea beneficioso para la empresa a cambio de teletrabajarlo. Esta flexibilidad puedes hacerla extensiva, asumiendo vacaciones en periodos menos solicitados y que a la empresa le venga mejor, sin impedir que puedas disfrutar de días de teletrabajo en un lugar de veraneo.

Una enfermedad larga o crónica que reduzca tu movilidad también puede ser una buena razón para aportar al teletrabajo. Sin restar ningún derecho y haciendo una valoración de la situación que solo te competería a ti, una vez tengas un diagnóstico que lo justifique, esta propuesta puede hacerse desde la consideración de que puedes asumir responsabilidades laborales pero tu enfermedad te impide hacerlo de manera presencial.