Entre las killer questions y los algoritmos de preselección, podrías pensar que tu libre albedrío ha quedado reducido a su mínima expresión. Podrías creer que conseguir el trabajo no depende de ti sino de esos cálculos y expectativas. Suerte que no es así. Para superar la fase de las killer questions en tu candidatura a un puesto concreto, debes detectarlas y generar una estrategia en la entrevista, preparando previamente tus contestaciones.
Aprende a reconocer las killer questions
El gran volumen de candidaturas que reciben los departamentos de recursos humanos, gracias a las solicitudes telemáticas, entre otros motivos, les ha llevado a requerir metodologías rápidas y eficaces. Las killer questions y el uso de herramientas digitales para llevar a cabo la primera criba en la selección no debe preocuparte, pues si has llegado a esta fase estás bien posicionado para defender tus habilidades y capacidades.
La confianza en ti mismo y en el valor que puedes aportar a la empresa si te contrata es crucial. Te hará acudir a la entrevista más relajado y atento para poder detectar las killer questions. Es más fácil decirlo que hacerlo, y por eso estas son algunas de las pistas y estrategias que pueden ayudarte:
- El objetivo de estas preguntas es descubrir en tu perfil las actitudes y aptitudes que buscan en el puesto, así que no son las típicas sobre formación o experiencia.
- Pueden ser preguntas cerradas, fácilmente localizables, del estilo: ¿Tienes carnet de conducir? O bien preguntas abiertas, que pueden sonarte un tanto amplias, como por ejemplo: ¿Cuáles son tus expectativas económicas?
- También pueden ser fórmulas distintas a las interrogaciones evidentes, como por ejemplo sugerirte que te pongas cómodo para realizar la entrevista. Puedes relajar la postura y respirar, pero siempre midiendo los límites del contexto formal. Es decir, no podrías poner los pies en la mesa, ni como rasgo de un carácter afable y divertido.
Prepárate bien las contestaciones
Algunos de los ejemplos de killer questions que suelen salir en esta fase del proceso de selección son del tipo: ¿Qué valor extra puedes aportar a nuestra empresa? O bien, «Háblame de una situación en la que no actuaste de forma adecuada, ¿Qué has aprendido de ella?» Aunque no hay una respuesta adecuada ni mejor per se, sí que no debes perder de vista que lo que se está midiendo con estos ejemplos es cuánto encajas en la empresa.
Así, procura hacer los deberes antes de mandar tu solicitud, y conocer tanto a la organización como lo que esperas de ella. Prepara las killer questions o preguntas de filtrado de manera reflexiva, poniendo el acento en lo positivo de las respuestas. Por ejemplo, si hacen referencia a tus periodos de inactividad laboral, en lugar de responder de manera triste o con expresiones del tipo “por desgracia no he trabajo durante estos años”, dale la vuelta. Una posible salida sería enfatizar los aprendizajes que han mejorado tu perfil durante este tiempo o señalar cómo ahora estás más enfocado y comprometido con tu carrera profesional, que está alineada con la empresa a la que “aplicas”.
Por último…
Algunas preguntas pueden sonar muy personales o demasiado abstractas como por ejemplo: ¿Qué significa para ti el trabajo? En este momento, la empresa quiere saber cuáles son tus preferencias o dónde sitúas el equilibrio vital y profesional. Ante este tipo de preguntas vuelve a la intención de la entrevista, y responde enfatizando en puntos como la realización personal, huyendo de hablar sobre las condiciones económicas.