Si reconoces cuáles son tus puntos débiles, ya tienes medio camino hecho para superarlos en una entrevista de trabajo. Esta suele ser una de las mayores preocupaciones de los aspirantes. Identifica en primer lugar esos rasgos que hacen temblar la confianza en ti mismo y conviértelos en fortalezas con este giro copernicano. Las claves son ser tú mismo, ser lo más objetivo posible y acertar con el contexto donde solicitas el puesto de empleo.

Identifica tus puntos débiles

La precariedad, la alta tasa de paro en España y el entorno de incertidumbre provocado por la pandemia puede desenfocar tu proyecto laboral. Antes de hablar de puntos débiles en la entrevista de trabajo, reflexiona sobre por qué optas a ese empleo en concreto y qué puedes ofrecer para mejorarte a ti mismo y a la empresa en el desempeño de las tareas.

Una vez que tengas clara esta línea estratégica, incluso dejándolo por escrito, aborda lo que consideras tus debilidades con ejemplos vinculados a tus habilidades, competencias o rasgos de personalidad. Dependiendo del tipo de trabajo al que optes o el sector donde quieras trabajar, las skills cambiarán. Por ejemplo, cierta habilidad técnica puede ser muy relevante para un puesto tecnológico, pero si optas por un empleo relacionado con las ventas o la atención al cliente, tu carácter o manera de gestionar las situaciones puede ser determinante.

Como marco general, aquí tienes 4 tips para identificar las que pueden ser interpretadas como debilidades en determinado puesto de trabajo:

  • Sé lo más objetivo posible contigo mismo. A menos que quieras ser actor, sostener una personalidad ajena a la tuya te dará más disgustos que alegrías, así que limita las debilidades a características concretas. Aléjate de percepciones subjetivas. Por ejemplo: “me cuesta terminar un proyecto”. No te olvides de traducirlo en: “solo lo doy por concluido cuando está perfecto, sin penalizar los tiempos de entrega”.
  • Relativiza. Consulta con tu entorno y practica el autocuidado. Son muy pocos los rasgos que puedan ser considerados debilidades de manera incorregible.
  • proactivo. Toca remangarse y trabajar por ofrecer la mejor versión de uno mismo. No mires para otro lado. Si tu debilidad es madrugar, comenta en la entrevista tus logros para rectificar el horario.
  • Sé tú mismo. Confía en ti. Has llegado hasta la entrevista, lo más difícil está hecho. Ahora toca conquistar al reclutador con la persona real que eres, con sus limitaciones y sus oportunidades de mejora.

Identifica tus puntos débiles

Conviértelos en fortalezas

Parece un tópico, pero es una gran verdad. “Todo depende de cómo se mire”. Donde puedes ver como un punto débil, por ejemplo, el exceso de detalle en la realización de las tareas, se trata de enfocarlo como un carácter perfeccionista que no permitirá errores en el desempeño. Si has llegado a la entrevista de trabajo, los puntos débiles no estarán relacionados con las hard skill que requiere el puesto. El reclutador buscará más bien los rasgos de personalidad que pueden influir en el desarrollo del trabajo para el que quieren contratarte.

Así que esas debilidades son fácilmente convertibles en fortalezas desde el momento en que las reconoces. La confianza en ti mismo y en que eres el mejor perfil para ese trabajo son la condición necesaria para superar los puntos débiles. Pero también debes acertar con el contexto. En una empresa donde la agilidad y rapidez son clave, bien por el sector o bien por las características de la marca, una atención al proceso que ralentiza el resultado de la producción será difícil que encaje. Sin embargo, en un entorno donde un error tiene unas consecuencias gravísimas, como en el sector sanitario o una fábrica química, el mismo rasgo se convierte en una fortaleza.