La búsqueda de empleo puede ser un largo camino, y es duro cuando te rechazan para un puesto de trabajo. Las ofertas de trabajo que te convienen pueden tardar en aparecer y, cuando lo hacen, aún tienes que enfrentarse a una gran competencia y, a veces, a procesos de selección muy largos. En la entrevista, el empleador y tú os conocéis personalmente, una ocasión importante y que suele ser decisiva para conseguir un trabajo o no.
Pero, ¿Qué hacer cuando, en lugar de esa ansiada llamada telefónica, recibes un lacónico correo electrónico que comienza “Desgraciadamente…”? He aquí algunos consejos para hacer frente a los rechazos en la búsqueda de empleo.
¿Qué tiene de bueno un “no”?
Resulta inevitable: un “no” siempre es como una bofetada en la cara. Aún más cuando se trataba de un puesto que creías perfecto para ti y con un empleador de ensueño. Sin embargo, en esa negativa también es posible encontrar cualidades positivas. Un rechazo te da pistas valiosas sobre las habilidades en las que todavía tienes que trabajar y, en el mejor de los casos, te salva de desperdiciar tu energía en un trabajo para el que no estabas hecho.
Piensa en la entrevista que ha precedido al rechazo como una práctica, una oportunidad que has tenido de perfeccionar tu capacidad para realizar este tipo de entrevistas de forma profesional. Ahora, por tanto, estás más cerca que antes del trabajo que realmente te conviene.
No pienses mal de los reclutadores, ellos están haciendo su trabajo al buscar al mejor candidato. No renuncies tampoco definitivamente al empleador. Por el contrario, contesta con cortesía a ese correo electrónico que comenzaba con “Desgraciadamente…”. Agradece a los reclutadores la información y hazles saber que, aunque no hayas sido la persona seleccionada, tu interés en trabajar para la empresa se mantiene. Una respuesta así demuestra optimismo y profesionalidad.
¿Cómo actuar si te rechazan?
En cuatro verbos, te contamos a continuación lo que puedes hacer cuando te rechazan:
- Acepta. No hay tiempo para lamentarse. Si no te han dado el puesto es porque por ahí hay alguien más adecuado para él que tú. Acepta rápidamente que las cosas no funcionaron con el empleador A, y haz todo lo posible para convencer al empleador B de tu valía.
- Piensa. Está bien que no culparse a uno mismo, pero no dejes de hacerte preguntas sobre la candidatura: ¿Me preparé bien para la entrevista? ¿Fueron adecuadas las preguntas que hice? ¿Podría haber sido más convincente en la carta de presentación? ¿Podría haber adaptado un poco más el diseño de mi currículum al puesto? O incluso: ¿La oferta se ajustaba realmente a mis habilidades, destrezas y capacidades? Esta reflexión te permitirá reconocer tus errores y evitarlos la próxima vez.
- Pregunta. Por desgracia, la mayoría de las empresas se esfuerzan poco a la hora de redactar sus cartas o mails de rechazo, así que si quieres saber por qué no ha funcionado, solo hay una cosa que puedes hacer: preguntar. Vuelve a ponerte en contacto con el empleador o los reclutadores y, sin presionarles, pídeles que te escriban y te cuenten brevemente por qué la cosa no ha funcionado.
- Mejora. Reflexionar y preguntar, los dos consejos anteriores, son dos acciones que te proveerán de información valiosa. Ahora, úsala para mejorar (muchos candidatos en realidad no lo hacen).
Todo se resume en la máxima de mantenerse optimista y proactivo. Recuerda que los rechazos son inherentes a la búsqueda de empleo misma. Y que el “no” de un empleador solo significa el “no” de ESE empleador, ¡no del sector entero! Busca nuevas oportunidades y lánzate a por ellas.
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