A la hora de encontrar un trabajo, en ocasiones puede parecer que estar sobrecualificado representa un problema. Sin embargo, haberse formado y tener experiencia en un campo nunca puede suponer un hándicap en tu trayectoria laboral. Ahora bien, cuando presentas tu candidatura hay que orientarla al puesto al que optas. Revisa bien tu perfil. No se trata de ocultar tu experiencia laboral, sino de encauzar su presentación.
La falsa idea de que estar sobrecualificado supone una traba puede tener varios orígenes que tienen algo en común: que no te has puesto en el lugar de los reclutadores. La solución es analizar tu perfil, analizar la oferta y reorientar tu candidatura. Vamos a verlo a través de tres ejemplos.
Tienes el perfil de un mando superior
Cuando te presentas a una vacante tienes que tener claro si realmente esa es tu aspiración. Si, por ejemplo, tus intenciones son entrar en la empresa e ir escalando puestos, entonces quizá sí tienes algo que ocultar, pero no es tu perfil. Hay que plantearse si esta estrategia es realmente eficaz. Cuando los reclutadores vean tu CV es muy posible que se den cuenta de tu alta cualificación, pero no es realmente lo que buscan. También puede darse el caso de que tus intenciones no sean las de escalar puestos; sin embargo, a quienes tienen que seleccionar tu perfil puede parecérselo. Es cuestión de solucionar este error en la comunicación a través de una modificación en tu candidatura.
Aprovechando que tienes experiencia sobrada en el sector, puedes rehacer algunas líneas de tu currículum. En lugar de mencionar los puestos que has ocupado, puedes destacar funciones que estén directamente relacionadas con la vacante. Piensa que si estás sobrecualificado para el puesto, realmente puedes presentarte como el candidato ideal. Solo adáptate a lo que se pide.
Cuentas con una gran trayectoria pero no en el mismo sector
Puede que el sector donde has desarrollado tu carrera no tenga nada que ver con el puesto al que optas. Si es así, es cierto que puedes estar sobrecualificado pero no para la vacante. Muchas veces se equipara la cualificación con el nivel de estudios alcanzados. Por ejemplo, licenciados que se presentan a puestos donde no se requieren estudios superiores. Sin embargo, ¿cuentan con experiencia o formación específica del puesto? Esa es la cuestión a la que deben atender.
Si estás en este caso, como hemos recomendado al inicio, debes analizar bien la oferta. A partir de este estudio, céntrate en reflejar las habilidades y competencias que más tengan que ver con el puesto y pon en un lugar bien destacado la experiencia que tengas relacionada. Tu titulación y tu experiencia en otro campo no tienen que desaparecer, sino pasar a un segundo plano.
La compañía está buscando a alguien estable
En caso de que lo que esté buscando la empresa es ocupar un puesto de manera estable, entonces tienes que eliminar de tu CV y de tu carta de presentación todo aquello que suene a «me presento a esta vacante porque no me queda más remedio, pero no es lo mío». En realidad, no importa si estás sobrecualificado o si no, o si buscas algo estable o transitorio, en ningún caso deberías presentar una candidatura en la que se entrevea este mensaje. De nuevo, lo que te va a orientar es ponerte en el lugar de quienes están seleccionando candidaturas.
Relee tu CV y tu carta de presentación y trata de detectar si algún fragmento destila la idea de que vas a permanecer poco tiempo en el puesto. Por ejemplo, si has manifestado tus intereses u objetivos laborales y esos difieren por completo de los que alcanzarías con el puesto. O bien si en la carta de presentación has mencionado que el puesto es una solución a una situación transitoria en tu trayectoria laboral, a la que piensas volver en cuanto tengas oportunidad.
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