Dos años después del inicio de la pandemia que hizo obligatorio el uso de las mascarillas (mayo de 2020), han dejado de serlo desde la vuelta de la Semana Santa. Los buenos datos sobre el control de la pandemia convencieron al gobierno, asesorados por los expertos, para tomar medidas que eliminen la obligatoriedad de llevarlas en espacios cerrados, con algunas excepciones. ¿Es necesario llevar las mascarillas en el trabajo?
Riesgos laborales se ocupará de las medidas preventivas frente a la Covid
No obstante, la mascarilla seguirá siendo obligatoria en centros sanitarios. Esto es, hospitales, centros de salud, residencias (aunque no para los residentes, pero sí para trabajadores y visitas) y centros sociosanitarios en general, según establece la nueva disposición. El personal que trabaja en esos lugares deberá seguir llevando mascarilla, debido a la gran vulnerabilidad de las personas que viven allí.
También quienes atiendan en farmacias (establecimientos sanitarios) deberán mantener la mascarilla mientras realizan la jornada. Al tratarse de lugares en los que hay mayor probabilidad de concentración de personas con una salud delicada.
Finalmente, la disposición hace una referencia a los centros de trabajo en general diciendo que el uso de mascarillas no será obligatorio. Pero deja en manos de los departamentos de riesgos laborales la consideración de aplicación de medidas preventivas como distancia de seguridad, mamparas,… que incluyan el uso de cubrebocas en determinadas situaciones.
Mascarillas en el trabajo tras la fase aguda de la pandemia
Para apoyar la labor de los departamentos de riesgos laborales el Ministerio de Sanidad ha publicado una guía con recomendaciones.
En ella se hace referencia, por ejemplo, a evitar la aglomeración tanto de trabajadores como de clientes y usuarios en los horarios de máxima afluencia. Así como a facilitar el teletrabajo u otras opciones mixtas en aquellas actividades que lo permitan.
De igual modo, es necesario proporcionar una ventilación adecuada que garantice la renovación de aire. Y poner a disposición de las personas que acuden al centro de trabajo jabón y geles hidroalcohólicos para las manos.
La guía recomienda tener en cuenta criterios como el grado de ocupación del espacio, las posibilidades de ventilación que tiene, el tiempo de permanencia de las personas en él, la viabilidad de mantenimiento de la distancia de 1,5 metros o la existencia de personas vulnerables en el puesto de trabajo, entre otras.
También deben tener en cuenta, de forma preventiva, la vulnerabilidad de determinados grupos como los mayores de 60 años, personas inmunodeprimidas o mujeres embarazadas.
¿Qué se está haciendo en las empresas?
En las empresas, los departamentos de prevención de riesgos laborales (PRL) están implementando medidas que incluyen el uso obligatorio de mascarillas en determinadas situaciones. Por ejemplo, en el uso de ascensores cuando haya más de una persona.
También en los aseos o en los espacios en los que no se puede mantener la distancia de seguridad como puede ser salas de reuniones, lugares para el almuerzo o donde se encuentran las máquinas de vending. En las zonas comunes, donde es difícil mantener la distancia de seguridad para evitar contagios en las empresas, se sigue haciendo preceptivo el uso de mascarillas. De igual manera, se debe facilitar la correcta ventilación de las estancias.
En cuanto a la estrategia de vigilancia y control del virus, a finales de marzo el Ministerio de Sanidad modificó el protocolo de actuación en caso de contagio con sintomatología leve o asintomática o en caso de ser contacto estrecho. Desde ese día no es obligatorio hacer cuarentena, aunque sí será necesario extremar las medidas para evitar contagiar como llevar mascarilla, al menos en los diez días posteriores.