Con el fin de la pandemia vislumbrándose por el horizonte los mecanismos que han sostenido el empleo durante estos dos largos años, los ERTE, se prorrogan por un mes más. Esta receta de protección del empleo se alarga, y da paso a la incorporación de nuevos ingredientes que se incluyen en la estructura del corpus laboral de nuestro país. Los ERTE COVID se prorrogan por última vez.

El Consejo de Ministros acordó la semana pasada la prórroga de los ERTE durante un mes más, hasta el 1 de abril, con la intención de que las empresas que lo sigan necesitando puedan transitar hacia las medidas que nacen de la recientemente aprobada Reforma Laboral.

Se mantienen las exoneraciones hasta finales de marzo

Durante este mes de transición, las exoneraciones a las cotizaciones que se otorga a las empresas cuyos trabajadores se encuentran afectados por ERTE, serán similares a las que hay actualmente. Para estas compañías se reducen las aportaciones a la Seguridad Social en un 90% en los ERTE por fuerza mayor y un 60% de exoneración en los ERTE COVID, si se pone en marcha un plan de formación. Y de un porcentaje menor si no se da formación a los trabajadores. Para poder acogerse a esta prórroga no será necesario hacer ningún trámite ya que la prolongación se realizará de forma automática.

Para las personas trabajadoras, permanece el contador a cero y la exención del periodo de carencia. A partir de ahora, estas características se incluirán en los ERTE por fuerza mayor temporal.

De 3,6 millones de personas en ERTE COVID a cien mil

Un total de 100.000 personas continúan en ERTE (en los momentos más duros de la pandemia se llegó a los 3,6 millones de trabajadores), la mitad de ellos en reducción de jornada. El personal de las agencias de viaje son los que están afectados en mayor medida, un 28% del total.

Para este tipo de empresas, que han sufrido un importante varapalo en su actividad, y otros sectores que se ven afectados especialmente por una coyuntura adversa, la Reforma Laboral tiene previstos nuevos mecanismos, que pasarán de ser excepcionales a formar parte de la estructura de la legislación laboral. Se trata de los mecanismos RED de Flexibilidad y Estabilización del Empleo, de los que se han previsto dos modalidades: cíclica y sectorial.

La modalidad cíclica de los mecanismos RED se pondría en marcha a propuesta conjunta de diferentes ministerios (una Comisión Tripartita), en el caso de que se produzca una coyuntura económica que lo requiera. Tendría una duración máxima de un año.

De 3,6 millones de personas en ERTE COVID a cien mil

Las agencias de viajes virarán hacia el nuevo mecanismo RED

En la modalidad sectorial, la que probablemente estrene con el sector de las agencias de viajes, sindicatos y patronal del sector afectado podrán solicitar a la citada Comisión que se active el mecanismo. Una vez activo, las empresas del sector podrán pedir la suspensión o reducción de jornada con sus características de ERTE, según lo necesiten.

El mecanismo RED está condicionado fuertemente hacia la recualificación, hacia la formación de las personas afectadas por esa coyuntura desfavorable sobre sus profesiones. Las exoneraciones que se contemplan son del 40%, pero siempre teniendo en cuenta que se cumpla el requisito de los planes de formación para los empleados o la recolocación en otros puestos u otras empresas. En esta modalidad, el tiempo puede alargarse más allá de los doce meses con dos prórrogas de seis meses cada una. 

Tanto en los ERTE ETOP (por causas económicas, técnicas, organizativas o de producción) como en los de fuerza mayor temporal que pertenecen a la nueva legislación, se privilegiará la reducción de jornada frente a la suspensión del empleo. El porcentaje de reducción de la jornada quedará como antes, entre un 10% y un 70%.