Lo que un CV no dice...

La competencia en el mercado laboral es muy fuerte. Ya no vale con tener unos determinados estudios para acceder a un puesto de trabajo. Los responsable de RRHH buscan algo más. Un plus que diferencia a unos candidatos de otros y asegura que esa persona es la más adecuada para el puesto. Los expertos en selección utilizan el término competencia como sinónimo de capacidad, de saber hacer. Para que una persona sea competente en una determinada profesión debe poseer determinados conocimientos y desarrollar un conjunto de capacidades que le permitan cumplir con eficacia las tareas y funciones del puesto.

Trabajo en equipo: Es la capacidad para participar como miembro totalmente integrado de un equipo del cual no se tiene que ser necesariamente el jefe. Se debe ser un colaborador eficaz incluso cuando el equipo se encuentre trabajando en algo que no está directamente relacionado con intereses personales.

Adaptabilidad: Capacidad de permanecer eficaz dentro de un entorno cambiante, como a la hora de enfrentarse con nuevas tareas, responsabilidades o personas.

Capacidad crítica: Habilidad para evaluar datos y líneas de actuación, así como para tomar decisiones lógicas de una manera imparcial y desde un punto de vista racional.

Análisis de problemas: Es la eficacia a la hora de identificar un problema, buscar datos al respecto, reconocer la información relevante y encontrar las posibles causas del mismo.

Capacidad de comunicación: Los responsables de selección valoran muy positivamente tanto la capacidad de comunicación oral como escrita. Por una parte, es interesante que el candidato sea capaz de redactar las ideas claramente y de manera que sean entendidas sin lugar a dudas; pero es igualmente valorable que el candidato sea capaz de expresarse de forma clara y persuasiva.

Creatividad o innovación: Es la capacidad para proponer soluciones imaginativas en situaciones de negocios.

Tolerancia al estrés: Mantenimiento firme del carácter bajo presión o en casos de enfrentamiento. Se traduce en respuestas controladas en situaciones de estrés.

Compromiso: Creer en el propio trabajo o rol y su valor dentro de la empresa, se traduce en un refuerzo extra para la compañía aunque no siempre sea en beneficio propio.

Flexibilidad: Capacidad para modificar el comportamiento propio con el objeto de alcanzar una meta.

Iniciativa: Mantener una actitud activa ante los acontecimientos y no una simple aceptación pasiva.

Liderazgo: Capacidad para guiar a individuos o grupos para lograr un objetivo.

Planificación y organización: Capacidad para establecer eficazmente un orden apropiado de actuación personal o para terceros.

Sociabilidad: Integrarse bien dentro de un equipo es una cualidad muy valorada.