La pandemia de la COVID-19 ha tenido numerosas repercusiones en la economía. Una de ellas ha sido el gran aumento del absentismo laboral. La mayor parte de las veces, de modo justificado, por problemas de salud o por cuidados de familiares. Pero en el pasado año la tasa ha ascendido hasta niveles nunca vistos, lo que ha generado grandes pérdidas en el sector productivo. Aquí están las claves sobre este fenómeno.

Absentismo: qué es y cuándo se produce

El término «absentismo» en el contexto del panorama laboral refiere a la ausencia del puesto de trabajo por motivos ocasionales. Por causas justificadas o injustificadas. Entre las primeras se cuentan, entre otras, las bajas por enfermedad o los accidentes de trabajo. Los motivos por los que se falta al trabajo son varios.

Se habla de absentismo laboral justificado cuando el trabajador tramita una baja por incapacidad laboral. Como una baja por depresión. O solicita un permiso para poder hacerse cargo de un familiar enfermo.

La tasa de absentismo se calcula dividiendo las horas no trabajadas debido a causas ocasionales entre el total de horas pactadas efectivas. En España, esas horas efectivas son unas 1.800 por trabajador y año. No se tienen en cuenta, por tanto, las horas de trabajo perdidas por causa de un ERTE.

Absentismo: qué es y cuándo se produce

La recogida de los datos y su estudio

El X Informe Adecco sobre Absentismo analiza este fenómeno en nuestro país para el pasado año 2020. Y tiene en cuenta una subida de la tasa respecto al año anterior, 2019, cuando ya era alta, por encima del 5%.

El informe considera los datos por comunidades autónomas para acercarse a la distribución del fenómeno de forma geográfica. Pero también lo hace por sectores económicos. Incluye además los resultados de la última encuesta sobre absentismo fraudulento y las cifras proporcionadas por las mutuas. Por último, añade una comparación con los datos de otros países.

No hay estadísticas oficiales específicas sobre este fenómeno. Sin embargo, la encuesta del INE sobre horas trabajadas y no trabajadas, junto con sus causas, sirve de base para el informe. Es la Encuesta Trimestral de Coste Laboral (ECTL) que se hace sobre empresas de más de 500 empleados. Incluye todos los sectores productivos excepto el primario y una parte muy pequeña del de servicios.

El panorama en nuestro país en 2020

El mencionado informe indica que durante el año pasado la tasa de absentismo en nuestro país superó el 7%. Alcanzó así un máximo histórico. Este porcentaje se traduce en casi 1.700 millones de horas laborables no trabajadas. En número de trabajadores resulta casi un millón de personas que, teniendo trabajo, no acudieron a sus puestos. Respecto al año anterior, supone un aumento de 240 horas y 123 trabajadores.

En términos de pérdidas económicas, el absentismo en 2020 supuso casi 37.000 millones de euros brutos, por encima del 3% del PIB español.

Las causas

El informe reconoce que la pandemia ha tenido mucho que ver con estos datos. El contagio de miles de personas, las altas cifras de ingresos hospitalarios y los casos de COVID persistente han hecho aumentar las bajas por enfermedad. Pero no solo, la necesidad de cuidar a familiares ha provocado también que crezca el número de permisos. A lo que se suman las horas que no han podido trabajarse por falta de suministros, pese a que los trabajadores hubieran acudido a sus puestos.

Pero más allá de la pandemia, el informe recoge una amplia literatura sobre absentismo laboral. La literatura analizada indica que hay una relación directa entre las jornadas laborales largas y los años trabajados en la empresa y la ausencia del puesto. También entre la cobertura por incapacidad laboral y el absentismo. Así como entre un ambiente laboral tóxico y las faltas al trabajo. Sin embargo, parece que la remuneración por resultados y el tamaño de la empresa tiene una correlación negativa con las ausencias.