Desde el comienzo de la pandemia, cada vez más empresas buscan en las candidaturas algo que añada valor al expediente académico y la experiencia. Han cobrado importancia las habilidades y capacidades, tus hard y soft skills. Veamos cómo sacarles partido y de qué forma puedes reflejarlas en tu candidatura.
Por lo pronto, haz hueco en tu currículum para el apartado de habilidades. Por otro lado, cuando te apuntes a una oferta y te llamen para una entrevista, prepárate para pasar por pruebas que revelen ciertos aspectos de tu persona que puedan resultar atractivos a los ojos de los reclutadores.
Las habilidades demuestran que has adquirido conocimientos y experiencia, pero no solo trabajando o estudiando. Tu vida extraacadémica y extralaboral empieza a ser también relevante porque te ha servido para enfrentarte a situaciones que pueden repetirse en un escenario laboral. Y esto es lo que los departamentos de recursos humanos valoran cada vez más.
Piensa a lo que te has dedicado en tus momentos de ocio, cuando no estabas pendiente de tu formación ni de las salidas laborales:
- Practicar un deporte de equipo te ha aportado la capacidad de trabajar de una forma colaborativa e incluso puede que hayas tenido que entrenar tus dotes de liderazgo para ganar partidos.
- Tu colaboración en una asociación de estudiantes o de vecinos ha sido fundamental para que te des cuenta de que hay que organizar y priorizar tareas para poder cumplir ciertos objetivos.
- Las noches que has pasado en vela por tratar de encontrar una solución a las situaciones que se planteaban en tus labores de voluntariado te han acostumbrado a resolver problemas.
- Sobrellevar las circunstancias acontecidas a partir de la pandemia ha supuesto un esfuerzo por adaptarse al cambio y digitalizarse.
Además, todo este tipo de actividades te han puesto en contacto con otras personas y han ampliado tu red de contactos, ¿quién sabe si coincidirás con algunos en el mismo ámbito laboral?
¿Cómo detectar las habilidades?
La importancia de saber detectar las habilidades para sacar mayor partido a los recursos humanos ha propiciado que se estudie a fondo cómo se adquieren. La distinción entre habilidades duras y habilidades blandas es fundamental.
Las habilidades blandas son las que definen tu conducta y forman parte de tu personalidad. No las has aprendido porque alguien te haya dado una clase sobre el tema, son difíciles de enseñar, aunque se pueden potenciar. Y también son difíciles de medir y de observar. Están vinculadas a tus valores y motivaciones. Hablamos de habilidades como:
- Creatividad
- Innovación
- Positividad
- Resiliencia
- Ingenio
- Empatía
Las habilidades duras no son tan generales como las blandas, son específicas. Pueden medirse bien y se ve claramente si alguien las tiene o no. No es difícil enseñarlas, se puede aprender a obtenerlas. Y no están tan unidas a tu personalidad, aunque tengas cierta tendencia natural a desempeñarlas bien. Estas pueden ser:
- Trabajo en equipo
- Comunicación eficiente dentro y fuera de la empresa
- Organización, planificación y detección de prioridades
- Resolución de problemas
- Posibilidad de influir en los demás, de vender una idea
- Capacidad de adaptarse a los cambios, de integrarlos
La próxima vez que participes en un proceso de selección, pon a punto tu CV, crea un apartado para mencionar tus habilidades y no te olvides de destacarlas en la entrevista. Puede que sean clave para marcar la diferencia con el resto de los aspirantes.