Según el informe Perspectivas de Empleo para 2022, recientemente publicado por la OCDE, España se sitúa en el segundo puesto entre los países en los que los salarios han perdido más poder adquisitivo. En concreto, los salarios han bajado un 4,5%, considerando la subida de la inflación. Esta cifra solo es superada por el 6,9% de Grecia, el primer país en la lista.
La inflación entorpece la recuperación económica
La crisis global ocasionada por la pandemia del COVID-19 tocó fondo en abril de 2020. A partir de esa fecha, las economías de la OCDE iniciaron la recuperación, y desde entonces se han creado 66 millones de puestos de trabajo. Con esta cifra se superan los niveles de ocupación previos. Las cifras globales, pues, apuntan hacia la buena salud de la economía tras la crisis de 2008 y el bache de la pandemia.
Sin embargo, si se analizan los datos con detenimiento, veremos que hay diferencias por países. No todos los países están recuperando empleo y, de los que lo hacen, no todos han recuperado los niveles previos a 2020.
La invasión de Ucrania por parte de la Federación Rusa ha supuesto un importante frenazo para la economía mundial. Entre ambos países suman una parte importante de las exportaciones mundiales de trigo, maíz, petróleo y gas. La crisis de suministros en estos bienes ha ocasionado una creciente alza de precios y ha impulsado la inflación.
Los salarios suben, pero no lo suficiente
El crecimiento de la economía ha ocasionado un alza en la demanda de varios puestos de trabajo, y una dificultad sin precedentes para cubrir todos los que se demandaban. Las empresas comenzaron a incentivar aumentando los salarios para atraer a los demandantes de empleo.
Pero la subida generalizada de salarios (matizada por las diferencia nacionales) no ha bastado para compensar el crecimiento de los precios. En especial, los hogares con menos recursos son los que están sufriendo más duramente el alza en los alimentos y la energía, en relación con los que cuentan con mayores ingresos.
Las recomendaciones de la OCDE
La OCDE prevé que el coste de la vida continúe subiendo por encima de la capacidad del mercado para incrementar los salarios. En España, la inflación se situó en agosto en el 10,4% y se prevé que probablemente siga disparada en lo que queda de 2022. Desde la OCDE se plantean varias líneas de actuación para paliar esta situación.
Se insta a garantizar que los trabajadores con ingresos más bajos no pierdan poder adquisitivo, a través de la subida de los salarios mínimos. El Ministerio de Trabajo y Economía Social se ha hecho eco de esta recomendación y llama al diálogo a los diversos agentes sociales.
En esta misma línea va la recomendación de la OCDE de elevar los salarios mínimos a través del diálogo social. En este sentido, el Parlamento de la UE aprobó una Directiva que garantiza a los trabajadores de la Unión el acceso a los alimentos y la energía.
Por último, recomienda aumentar los esfuerzos en la formación de los trabajadores con más baja cualificación y garantizar su ubicación en el mercado de trabajo.