Mariana era gerocultora, se dedicaba al cuidado de personas mayores que viven en residencias. Muchos de ellos tienen muy limitada la movilidad por lo que sus tareas conllevaban una gran carga física. Un día, ayudando a una persona a asearse, se le desencajó un hombro. Se recuperó pero, a partir de ese momento, cada  vez era más frecuente que le pasara. Sacudir sábanas, sostener a personas, moverlas, todo eso iba en detrimento de la salud de su hombro. Tras encadenar varias bajas por el mismo motivo, un tribunal médico le dictaminó una invalidez del 35% debido a las lesiones causadas por el tipo de trabajo que desempeñaba. No ha podido volver a su puesto de trabajo ya que se le ha certificado una enfermedad profesional de tipo osteomuscular. Este ejemplo sirve para ilustrar los 21.049 casos que se certificaron en 2017 como enfermedades cuya causa se encuentra en el ámbito laboral.

¿Qué es una enfermedad profesional?

La enfermedad profesional es aquella derivada del ejercicio de la profesión en un empleo por cuenta ajena. Solamente están consideradas como tal aquellas que figuran en un cuadro anexo a la Ley General de la Seguridad Social. Lentamente se van añadiendo enfermedades pero las organizaciones sindicales opinan que, aproximadamente, un 20% de las dolencias derivadas de prácticas laborales no están incluidas en este cuadro.

Enfermedades profesionales más comunes

Las enfermedades profesionales más habituales son las que se producen como consecuencia del contacto con sustancias tóxicas, por ejemplo la asbestosis, enfermedad que desencadena el contacto con el amianto (o asbesto), material formado por fibras minerales que tiene magníficas cualidades como aislante térmico además de ser incombustible, por lo que se ha hecho uso de él en muchas áreas de la industria, pero que tiene una gran desventaja para la salud y es que es altamente cancerígeno.

Para ilustrar el panorama sobre la salud laboral en nuestro país destacamos una  serie de datos provenientes del último Informe sobre el estado de la seguridad y la salud laboral en España (2016), elaborado por el Instituto Nacional de Seguridad, Salud y Bienestar en el Trabajo (INSSBT) y publicado en julio de este año.

Las enfermedades laborales causadas por agentes físicos, es decir el Grupo 2 de la clasificación de agentes causantes, son responsables del 82,97% de las enfermedades laborales. Las que mayor número de dolencias profesionales ocasionan.

Los trastornos músculo-esqueléticos son las achaques más comunes en los entornos laborales.

La industria manufacturera es la que provoca un mayor índice de personas que han caído enfermas de forma duradera producto de su actividad laboral.

El intervalo de edad entre 45-49 años es en el que se diagnostica un mayor número de enfermedades profesionales.

Para evitar una enfermedad profesional es fundamental la prevención. La detección de riesgos laborales para poder eludirlos es imprescindible a la hora de atajar la tasa de enfermedades profesionales. En este sentido, las conductas que más riesgos producen están relacionados con la ergonomía y son los movimientos repetitivos de manos o brazos, las posiciones dolorosas o fatigantes, llevar cargas pesadas, o levantar o mover personas.

¿Cuándo una dolencia es una enfermedad profesional?

¿Qué trámites hay que hacer cuando se contrae una enfermedad profesional?

Si hay sospechas de que se puede estar padeciendo una enfermedad profesional hay que acudir a la mutua para que pueda declararla con los datos que obtenga de la empresa respecto al desarrollo de las tareas que realiza el trabajador.

En caso de negativa o, por si se prefiere hacerlo vía la seguridad social, el médico de atención primaria emitirá un llamado diagnóstico de sospecha en caso de que encuentre indicios de enfermedad profesional. Este informe será trasladado a Inspección Médica, que será el organismo encargado de certificar si se trata de una enfermedad  profesional.

Una enfermedad profesional no tiene por qué ser definitiva. De hecho, la principal causa de cierre de un proceso de estas características es el alta por curación, que se produce en un 84,60% de los casos. Otros cierres son  el alta con propuesta de invalidez permanente, alta con propuesta de cambio de trabajo, lesiones permanentes no invalidantes o fallecimiento en el peor de los casos.

¿Cómo afecta a tu empleo una enfermedad profesional?

El diagnóstico de una enfermedad profesional es una cuestión bastante limitante. Como hemos visto, dependiendo del cierre que se le de al proceso es probable que nunca más puedas dedicarte a la profesión de toda la vida, como fue el caso de Mariana. Tendrás que buscar otra profesión que no afecte o que pueda empeorar tu enfermedad.

Durante el tiempo que permanezcas de baja médica cobrarás el 100% del salario. En el caso de las enfermedades por contingencias comunes solo se cobra el 75% del salario.

Cuando se produzca el alta, al tratarse de enfermedad profesional, no se contempla como requisito un mínimo de cotización para poder cobrar una prestación que compense la pérdida de ingresos.