Uno de los objetivos a los que aspiran las sociedades democráticas es a garantizar la igualdad de oportunidades y el derecho a la educación de todas las personas que la componen. Pero la compleja realidad choca una y otra vez con este ideal que produce exclusión y malestar en la sociedad en general y en las comunidades educativas en particular.
Entre las profesiones fundamentales y con grandes posibilidades de desarrollo en este ámbito se encuentran los educadores interculturales. Su importancia se debe a una creciente concienciación y sensibilización sobre los desafíos a los que se enfrenta la sociedad por su complejidad. Estos expertos trabajan para hacer posible la igualdad de oportunidades en la educación, el acceso a este derecho fundamental y gestionar las condiciones para que se produzca. Analizamos esta especialidad en profundidad en nuestro Informe Empleo en Educación, realizado en colaboración con UNIR.
Tal y como se señala en el informe de Unicef Los factores de la exclusión educativa en España: Mecanismos, perfiles y espacios de intervención (2017), estos procesos de exclusión o inclusión de la educación no se generan debido a las características concretas de los individuos como puedan ser sus capacidades, etnia o procedencia si no que “se construyen de forma social y relacional a partir de diferentes marcos de oportunidad”. Un educador intercultural trabajará por el respeto a la diferencia y la igualdad de oportunidades.
Funciones de un educador intercultural
Crear las condiciones y espacios en los que trabajar esta idea con el fin de sensibilizar a todos los agentes que participan en el hecho educativo y apoyar a quienes sufren las consecuencias de la exclusión del sistema para ofrecer alternativas para la integración es el cometido de un educador intercultural.
Más concretamente, un educador intercultural se ocupa de mediar en la resolución de conflictos, planificar y desarrollar actividades que sirvan para mejorar la relación entre el centro educativo y el entorno del alumno así como hacer un seguimiento y control del fracaso y abandono escolar. En este sentido es necesario apuntar que España contempla la segunda tasa más elevada de la UE, un 19% de abandono escolar temprano (personas entre 18-24 años que no continúan estudiando).
Otro de los cometidos de los educadores interculturales es la creación de políticas que favorezcan el respeto a la diversidad cultural y lingüística, diseñar programas de intercambio cultural, elaborar proyectos educativos para que los colegios y centros educativos atiendan la diversidad interconectando los recursos.
La educación no formal también es el ámbito de estos profesionales para los que diseñarán programas orientados a garantizar la igualdad de oportunidades tanto en el ámbito educativo como en el sociolaboral.
Formación de un educador intercultural
Los profesionales que se ocupan de este sector tienen una formación de base relacionada con la educación como puede ser Educación Social, Pedagogía, Trabajo Social, Logopedia. Una vez finalizada, completan la formación especializándose en cursos de posgrado como pueden ser el de Educación Inclusiva e Intercultural.
Como hemos visto anteriormente, el ámbito de trabajo de un educador no se circunscribe únicamente a la educación formal, en centros tanto públicos como privados si no que tiene un amplio campo de desarrollo en la educación no formal.
Trabajar con personas que se encuentran en situaciones complicadas en las que son necesarios recursos, muchas veces insuficientes, requiere de una serie de cualidades imprescindibles en los educadores interculturales como son un elevado grado de implicación y empatía y un gran conocimiento, tolerancia y respeto por las diferentes culturas.
Las dotes comunicativas y de asertividad para mediar en situaciones de conflicto serán cualidades imprescindibles que desarrollar. Así como lo serán la capacidad para implicar a organizaciones, entidades públicas y privadas en la colaboración con proyectos de inclusión y facilidad para hacer comprensibles las necesidades de los colectivos con los que se trabaja.
La creatividad será necesaria para adoptar puntos de vista alternativos y crear posibilidades allá donde se presentan los desafíos.
Salario de un educador intercultural
Puesto que los ámbitos donde pueden desarrollar su labor estos profesionales son tanto en la educación formal, en centros públicos y privados, como en la no formal, el salario también variará dependiendo de dónde se produzca.
Los educadores interculturales que trabajan en los centros públicos pueden recibir entre 25.000 y 35.000 euros anuales. Variará dependiendo de la comunidad autónoma y su experiencia.
El salario en los centros privados y concertados es menor estando la horquilla entre los 21.000 y los 25.500 euros mensuales.
ONG y entidades sociales reciben dinero de manera muy desigual. Mientras que hay organizaciones con una trayectoria mayor o de carácter internacional en las que pueden disponer de mayores recursos otras, de ámbito más local o menor recorrido tienen un acceso muy limitado y hay más recortes en cuanto a personal y salario. La horquilla para trabajar en la educación no formal va desde los 17.700 a los 30.000 euros.
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