El síndrome de Solomon, también llamado síndrome del rebaño, es una reacción habitual en empresas donde los logros personales no son bien recibidos. El triunfo ajeno genera sentimientos violentos en algunos compañeros y jefes, que pueden provocar que te dejes llevar por esa actitud. ¿Cómo puedes darle la vuelta a esta situación?

En qué consiste el síndrome de Solomon

En los años cincuenta, el prestigioso psicólogo Solomon Asch hizo un experimento en el que demostró que, ante una pregunta sencilla, la gran mayoría de las personas prefieren dar una respuesta errónea, a sabiendas de que está mal, solo para sentirse integradas en un grupo. Su conclusión fue que esta actitud refleja una falta de autoestima generalizada, y que nuestra sociedad tiende a condenar el talento y éxito ajenos.

En este sentido, el síndrome de Solomon puede ser una respuesta a otro síndrome, el de Procusto. Este último consiste en la reacción de quien considera que otra persona le supera en algo, y decide menospreciarla. Es decir, la envidia y el síndrome de Solomón suelen darse en el mismo ambiente, son una especie de binomio social.

Este tipo de respuesta está muy lejos de ser útil para la empresa, especialmente si se genera en un departamento que requiera innovación, creatividad, ser proactivo o mostrar iniciativa.

cómo superar el sindrome de solomon o el miedo a destacar

Cómo superar el miedo a destacar

Uno de los primeros pasos siempre es reconocer el terreno. Es decir, si te identificas con lo que hemos dicho hasta ahora, detecta las personas a las que no quieres molestar con tus logros. Comprueba de una manera lo más objetiva posible si realmente estás en lo cierto cuando piensas que tus éxitos les molestan. Si lo ves oportuno, habla con ellas de una manera delicada, pero asertiva, sobre este tema. En algunas ocasiones, si la relación es buena, puedes preguntar directamente qué les parece que hayas conseguido determinado logro. A veces una conversación ayuda a destensar el ambiente y a poner las cosas en su sitio.

Sin embargo, con mucha frecuencia la relación con quienes recelan del triunfo ajeno no es precisamente llevadera. Mantener una actitud conciliadora y sincera con este tipo de personas no suele ser demasiado eficaz. En este caso puedes centrarte más en mejorar tu autoestima. Acostúmbrate a expresar tu opinión de una manera más firme, muestra decisión en las tareas que llevas a cabo, y genera algún mecanismo de defensa frente a la hipersensibilidad emocional, si es que la sufres. Ten en cuenta que esta mejora en lo personal influye positivamente en tu trabajo.

No obstante, la solución a este síndrome no solo está en ti. Se trata de un mal social en el que se debe intervenir de manera colectiva para poder sobrellevar sus efectos.