Buscar trabajo puede ser una experiencia estresante. Todos queremos destacar, causar una buena impresión y conseguir esa entrevista que nos acerque al puesto soñado. En ese esfuerzo por ser el mejor candidato, algunas personas caen en la tención de mentir currículum, para que parezca más completo: agregan un idioma que no dominan, exageran responsabilidades, inflan el cargo que tenían o incluso se inventan estudios que no han cursado.

Pero… ¿Vale la pena correr ese riesgo? La respuesta corta es no. A continuación, te explicamos por qué mentir en el currículum no solo es un error, sino un peligro para tu reputación profesional, y qué alternativas tienes.

¿Por qué la gente decide mentir en el currículum?

La mayoría de las personas lo hacen por razones más emocionales que racionales, derivadas de la presión por conseguir un trabajo rápido, la competencia por el puesto, la sensación de que «todo el mundo lo hace» o un sentimiento de inferioridad frente a otros candidatos, supuestamente mejor preparados.

Suelen ser mentiras pequeñas, como: decir que tienen un «nivel avanzado» de inglés, cuando apenas pueden comunicarse en este idioma; cambiar fechas para tapar un periodo sin trabajo; añadir cursos títulos o cursos que no se completaron o inflar cargos como, por ejemplo, decir que fueron líderes de un equipo cuando en realidad trabajaban como asistentes.

¿Qué puede pasar si te descubren?

Aunque algunas mentiras parezcan pequeñas o «inofensivas», las consecuencias pueden ser importantes. Mentir en el currículum puede costarte mucho más de lo que imaginabas:

Te pueden descartar de inmediato

Los reclutadores están entrenados para detectar inconsistencias. Si algo no cuadra, investigarán o simplemente pasarán al siguiente perfil.

Puedes perder el empleo, incluso si ya entraste

Muchas empresas hacen verificaciones una vez que el empleado ya fue contratado. Si descubren una mentira (por ejemplo, un título inexistente), pueden despedirte por falta de honestidad.

Manchas tu reputación profesional

Algunos sectores, especialmente los más técnicos o regulados, valoran mucho la ética y la credibilidad. Una mentira puede cerrarte muchas puertas a futuro.

Riesgos legales

En casos graves, como falsificar documentos, títulos académicos o certificaciones profesionales, podrías incluso enfrentar consecuencias legales.

¿Qué hacer si sientes que tu perfil no alcanza?

Si tu perfil no cumple con todos los requisitos de la vacante a la que quieres optar y crees que «no das la talla», estas son algunas alternativas efectivas y honestas que puedes usar:

Enfócate en tus fortalezas.

Resalta lo que sí tienes. Quizá no tengas mucha experiencia, pero sí ganas de aprender, responsabilidad, adaptabilidad o buena comunicación. Estas habilidades blandas son también muy valoradas.

Explica los huecos laborales con transparencia

Si has pasado un tiempo sin empleo, puedes explicar que te dedicaste a estudiar, cuidar a un familiar, o replantear tu carrera. La sinceridad genera confianza.

Capacítate y aprende

Si notas que en las ofertas de empleo de tu sector hay conocimientos que se piden de forma repetida, aprovecha la amplia formación online que tienes para formarte. Eso demuestra iniciativa y que  estás en proceso de mejora continua.

Incluye proyectos personales o voluntariado

No todo el aprendizaje es formal. Si hiciste proyectos por tu cuenta, ayudaste a una ONG o aprendiste algo útil por tu cuenta, inclúyelo. Todo suma.

¿Y si ya mentiste?

Si ya enviaste un currículum con alguna mentira, lo mejor es corregirlo cuanto antes. Actualiza tu perfil en los portales de empleo donde lo hayas subido. Si está en un proceso de selección, explica la situación con honestidad. Es mejor admitir un error a tiempo que ser descubierto.

En caso de que ya estés trabajando, y sepas que la empresa podría descubrir la mentira, plantéate hablar con tu jefe directo y asumir la responsabilidad. No es fácil, pero puede evitar problemas mayores.

La autenticidad se valora, y mucho

Una de las cosas más valiosas en cualquier proceso de selección es la confianza. Por eso, muchos reclutadores no buscan a alguien perfecto, sino a alguien honesto, responsable y con ganas de aprender. A veces, una persona con menos experiencia pero con buena actitud puede ganarle el puesto a alguien más calificado, pero poco confiable.

Cuando eres honesto sobre lo que sabes y lo que no, estás sembrando una base sólida para una relación laboral duradera. Y lo mejor de todo: no tendrás que vivir con el miedo a ser descubierto.