La semana laboral reducida, los fines de semana largos están más cerca de hacerse realidad gracias a un proyecto impulsado por la formación política Mas País- Equo en acuerdo con el Gobierno. La jornada laboral de cuatro días verá la luz en aquellas empresas que lo soliciten enmarcada dentro del Plan de Recuperación Transformación y Resiliencia.
Lo que es una clásica demanda por parte de las personas que trabajan, la reducción de las horas que se dedican a la empresa se materializara mediante un proyecto piloto para experimentar la semana de cuatro días laborables (32 horas) sin pérdida de salario.
De forma voluntaria, las empresas que quieran poner en marcha esta semana laboral reducida podrán acceder a una bolsa de ayudas dotada con cincuenta millones de euros provenientes de los fondos de la UE destinados a mitigar los efectos de la crisis de la covid.
El propósito del proyecto es avanzar hacia una sociedad más respetuosa con el medio ambiente y sostenible gracias a la previsible reducción del impacto ambiental que supondrían las menores emisiones de Co2 que se ahorrarían con la reducción de los desplazamientos. Pero el plan también pretende incrementar el nivel de satisfacción laboral y salud y darle un apoyo importante a la conciliación.
El programa piloto pretende ser un ensayo donde los resultados obtenidos proporcionarían fundamentación para hacerlo extensivo al resto de empresas. Será del todo voluntario y se buscará el acuerdo en la negociación entre patronal y sindicatos.
Repartir los beneficios de la mejora de la productividad
La productividad es la piedra angular cuando se habla de las jornadas laborales. El temor al descenso de ésta si se reduce el tiempo de trabajo es una de las razones de los detractores de la semana laboral acortada. Sin embargo, un mayor número de horas en el puesto no implica un mayor rendimiento, como ya se sabe. De hecho, España sufre un exceso de lo que se conoce como presentismo, tal y como puede verse si se comparan las horas trabajadas dentro del territorio frente al país más productivo de nuestro entorno, Alemania.
El papel de la tecnología es fundamental para incrementar la productividad. Gracias a la incorporación de la digitalización los tiempos se acortan y los procesos son más eficientes. Pero también se producen avances significativos mediante la implementación de metodologías lean que introducen la excelencia en la producción o la prestación de los servicios.
Otro de los beneficios que los defensores de la jornada laboral de cuatro días argumentan es el descenso del absentismo. Ampliar el tiempo de descanso o incorporar un día para poder hacer gestiones reduciría las causas de absentismo relacionadas con trámites.
Una de las defensoras de esta modalidad en el empleo del tiempo de trabajo es la plataforma 4suma. Un espacio de colaboración entre empresas y trabajadores que aboga por la implantación de esta semana corta y su oportunidad para los tiempos que vivimos, en relación a plantear una solución a la saturación de servicios como el transporte. Proporciona ejemplos para mostrar el camino a seguir.
Barreras a la semana laboral corta: hostelería y servicios
Las voces que cuestionan las ventajas de la reducción de días dentro de la semana laboral argumentan que las empresas del sector servicios (más del 42% del tejido productivo y un 90% de los trabajadores autónomos), sobre todo hostelería y turismo, no podrían adoptar este tipo de jornadas porque se deben a unos horarios muy concretos. La prestación de determinados servicios no se puede condensar. Una modificación en el número de jornadas semanales significaría unos mayores costes laborales puesto que habría que contratar a más personal. Por otro lado, opinan que el contexto tampoco es el adecuado debido a la elevada tasa de paro (16%), lo que no incentivaría la contratación.
En este punto es donde se harían necesarios los apoyos para modernizar y hacer más rentable la prestación de estos servicios. La rotación es altísima en este sector, lo que suponen grandes gastos en la gestión del absentismo, especialmente en las sustituciones. Introducir mejoras en las condiciones laborales ampliando los tiempos de descanso se traduciría también, en una reducción del tiempo invertido en la gestión de la plantilla.
Empresas que ya disfrutan de semana laboral de cuatro días
En cuanto a los casos de éxito, los ejemplos se multiplican en las empresas tecnológicas. Son bastantes las que ya han incorporado semanas de cuatro días con resultados muy satisfactorios.
A lo largo del planeta son muchas ya las experiencias exitosas en la reducción de la semana laboral. Desde la pionera semana de 35 horas en Francia hasta experimentos en Suecia, Nueva Zelanda.
Se trata de que los beneficios en la mejora de la productividad se repartan también con la plantilla, que esto suponga mejoras en sus vidas. Históricamente, la reducción de la jornada ha ido de la mano de un aumento de la productividad. Con un poco de ayuda institucional para dar los primeros pasos, los costes que asumen las familias en cuanto a conciliación, sobre todo las mujeres, serán repartidas entre todos los actores que participan en el universo del empleo. Tanto los niveles de satisfacción laboral como en la ciudadanía en general se harían extensivos a mayores capas de población.
Un ejemplo paradigmático lo tenemos en la empresa tecnológica jiennense DELSOL. Un año después de la implantación de la jornada laboral de cuatro días, a primeros de 2020, presenta datos positivos con el resultado de ampliación de plantilla y aumento de la productividad.
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