La gran mayoría de trabajadores agradecería tomarse un año sabático. Sin embargo, la falta de respaldo económico y continuidad en el puesto no permite hacerlo fácilmente y un alto porcentaje de ellos no puede llevarlo a cabo en toda su vida laboral. Saber evaluar las circunstancias que lo hacen posible, los beneficios que otorga, conseguir un sostén durante ese tiempo y asumir las consecuencias de la vuelta son los principales factores que lo hacen realidad.

Un estudio publicado el año pasado por la agencia de viajes eDreams indicaba que solo el 7% de los españoles podría tomarse un año sabático sin perder su poder adquisitivo. Sin embargo, a un 71% de ellos les gustaría hacerlo. La falta de incentivos y de respaldo laboral es determinante a la hora de disfrutar de esta experiencia que sin duda podría enriquecer el talento de la población activa en general.

Los beneficios de pedirse un año sabático

Cuando te estás planteando pedir un año sabático es porque ya has recibido cierto tipo de señales que te indicaban que debías hacerlo. Has evaluado los costes que te supondrá y estás en condiciones de afrontarlos. Estas señales pueden haber sido desde un agotamiento que te generaba un malestar excepcional hasta la necesidad de dar un impulso a tu carrera o incluso de realizar un giro profesional.

En el primer caso, puede que tu salud se haya complicado y este respiro supondría tu recuperación para una vuelta vigorosa. Quizá tienes un proyecto personal pendiente que afecta a todas las esferas de tu vida y que no mejorará a menos que encuentres tiempo para resolverlo.

Cuándo tomarse una temporada sabática

El hacer una parada profesional precisamente para formarse intensamente o para irse a trabajar a otro lugar puede hacer que despegue tu trayectoria. Si lo que buscas es un cambio de rumbo, también el año sabático puede suponer la ocasión apropiada.

De cualquier forma, el gran beneficio de tomarse un año sabático de una manera consciente y buscada es alcanzar el objetivo que ahora ves imposible por el atolladero en el que te encuentras. Elabora una estrategia para aprovechar este tiempo y sigue tu plan fielmente para conseguir los resultados que pretendes. Además de solvencia económica, vas a necesitar una gran dosis de autodisciplina.

Cómo afrontar la vuelta después de un año sabático

Una de las principales cuestiones que debes tener en cuenta son las condiciones en las que te reincorporas después de una baja voluntaria. ¿A qué tienes derecho? Pongámonos en el mejor de los casos: la empresa te ha readmitido y continúas en tu puesto. Con el proyecto que has llevado a cabo durante el año sabático, seguro que podrás empezar a promocionarte en la misma compañía o incluso en otras del mismo sector. Desde una posición más o menos cómoda, puedes dar el siguiente paso en el despegue de tu carrera.

Si tu intención era tomar un descanso porque no podías continuar con la dinámica anterior, el año sabático te habrá servido para fortalecerte. Pero, además, también para buscar estrategias que te ayuden a superar los retos del día a día sin que tu salud mental o física se vea mermada. Pon en práctica este nuevo modo de enfocar tu profesión y no dejes que caiga en el olvido.

Hagamos otro ejercicio de imaginación con un panorama menos amable. No has conseguido la readmisión o estás en un puesto que no era el de antes de la baja y que consideras peor. Si durante el periodo sabático has conseguido desarrollar tus capacidades, aumentar tu experiencia o fortalecerte física o emocionalmente, habrá merecido la pena. Ahora toca mantenerse hasta que estabilices tu situación. Con la inversión que has hecho durante este año sabático, te has empoderado. Redefine tu perfil y promociona tu candidatura desde una nueva perspectiva.