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Cosas que no debes hacer en la cena de empresa

Seguramente algunos ya las hayáis celebrado y muchos lo vayáis a hacer próximamente. Nos referimos a las cenas de empresa. O a las cenas de clase en su defecto (y en concreto a aquellas en las que se mezclan profesores y alumnos). El caso es que este tipo de celebraciones son un arma de doble filo. ¿Qué cosas se pueden hacer y cuáles no conviene hacer ni siquiera con una copa de más?

Las cenas de empresa deberían estar en el top ten de las celebraciones con más peligro. ¿Qué podría salir mal? Pues servidor, que ya tiene cierta experiencia, ha recopilado de aquí y de allá una serie de recomendaciones y ha aderezado la mezcla con algún consejo de cosecha propia. Quién sabe, igual el próximo mes de enero te alegras de haber leído este post.

He agrupado en varias categorías, que perfectamente pueden sucederse en orden cronológico, las cosas que no debes hacer (bajo ningún concepto y a ninguna hora de la noche) en la cena de empresa.

Cuidado con desentonar. No debes…

  1. Vestirte de forma inapropiada. Por regla general te recomendamos que te pongas algo que podrías llevar cualquier día al trabajo… pero con lentejuelas o algún adorno similar algo más discreto.
  2. Acechar a los camareros para coger las primeras copas del cocktail (otra variante de este error es llevar una copa en cada mano por si tardan en volver).
  3. Quejarte del restaurante, de la comida, del vino o de la música.

No dejes de marcar ciertas distancias con tus superiores. No debes…

  1. Propasarte con tu jefe o tratarlo como a un colega.
  2. Aprovechar la proximidad para pedirle a tu jefe algún favor o un aumento de sueldo. Ni siquiera dejándoselo caer como una broma. Créeme, no le va a hacer gracia.
  3. Colgarte de su hombro y no separarte de él ni con disolvente mientras alardeas de tu trabajo. En serio, él no tiene ganas de escucharte y tú al día siguiente tienes que volver a tu puesto con otros compañeros.
  4. En realidad, y a modo de resumen, directamente te recomendaríamos que el tiempo que pases cerca de tus superiores sea inversamente proporcional al número de copas que hayas bebido. Recuerda, somos esclavos de nuestras palabras y dueños de nuestros silencios. Incluso borrachos.

Nunca saques los pies del tiesto en una cena de empresa. Para eso no debes…

  1. Hablar exclusivamente del trabajo. Seguro que si te lo propones encuentras otro tema pero recuerda que en la mesa tampoco se habla de política ni de religión. Y si me apuras ni de fútbol ni de sexo. Pues sí, así es. Y que conste que nadie dijo que la cena de empresa tuviese que ser divertida.
  2. Contar chistes sobre los jefes. Aunque en ese momento parezca una buena idea.
  3. Hablarle a los más mayores o más serios de la empresa de tus inclinaciones sexuales. Insisto, ni siquiera aunque en ese momento parezca una buena idea.
  4. Cotillear con la gente de Recursos Humanos de lo tarde que llega este compañero o la cantidad de veces que sale a fumar este otro.

Sé moderado y no sobreactúes. O lo que es lo mismo, no debes…

  1. Empezar el primero con las copas. Tranquilo, deja que sea otro. Recuerda, este tipo de celebraciones son normalmente una carrera de fondo, no un sprint. Y es mejor ser el último en irte de la fiesta porque lo que hagas a esa sólo lo sabrán unos pocos, que el primero en llegar a la barra libre cuando aún está todo el staff en la sala.
  2. No debes cantar bajo ningún concepto. Ni siquiera aunque tú creas que lo haces bien. Y mucho menos con la excusa de que tu pareja diga que lo haces bien.
  3. Mostrar tu nuevo tatuaje. Ese que nadie puede ver a simple vista. De verdad, ni siquiera aunque te lo pida a coro toda la mesa.
  4. Mira, si no le has dicho a ese compañero o compañera lo que sientes por ella en todo el año… ¡tampoco es necesario que lo sepa durante la cena de empresa!
  5. Ponerte la corbata atada en la cabeza. Sabemos que es un clásico. También el cocktail de gambas en la cena de navidad y no por eso hay repetirlo año tras año. En eso consiste el progreso. En superar ciertas cosas que por rutina seguimos haciendo igual.
  6. No te traigas amigos que no son de la empresa a las copas. Es el colmo de la gorronería. Y mucho menos trates de disimular poniéndoles el uniforme de la empresa.
  7. Contar en voz alta las copas que te tomas o presumir de aquella vez que cogiste la melopea de tu vida.

Ojo en las distancias cortas. No debes…

  1. Bailar de forma demasiado enérgica. Esta noche no es el día de darlo todo en la pista. Habrá otras.
  2. Bailar de forma demasiado sensual. Ese tipo de bailes se sabe cómo empiezan pero nunca se sabe cómo acaban.
  3. Flirtear con un compañero/a de trabajo sólo porque te llama la atención. Es normal, sobre todo si habitualmente le/la ves con uniforme y esta noche se ha arreglado para la ocasión. Pero al día siguiente no hay zapatos de cristal ni calabazas en la puerta.
  4. Flirtear con un compañero/a de trabajo… ¡delante de los demás compañeros de trabajo! Dicho de otra forma. Si te has saltado el punto anterior y has decidido hacerlo o simplemente la Naturaleza puede más que tu decoro, por lo menos hazlo en su sitio privado a salvo de los ojos (y los móviles) de tus compañeros.

No dejes pruebas

  1. Huye de las cámaras en cualquiera de las situaciones anteriores. Te arrepentirás de esas fotos al iniciar sesión en Facebook el día siguiente.
  2. No pretendas salir en todas las fotografías de grupo que se hagan. Y tienes que salir en ellas, que alguna vez sea con la copa llena y no siempre vacía.
  3. Y por supuesto, ¡no seas tú el que haga las fotografías! A esas personas se les odia durante los siguientes meses. Recuerda, lo que pasa en la cena de empresa se debe quedar en la cena de empresa. Corre la voz.

Por último, sólo nos queda recomendarte que te recojas con dignidad

  1. Si no te has traído amigos a la cena, que tampoco te esperen en la puerta. Aunque en ese momento a ellos les parezca una buena idea.
  2. Cuidado a quién acercas a su casa en coche. Como ya hemos comentado, estas cosas se sabe cómo empiezan pero no cómo acaban.
  3. Ni se te ocurra ir a trabajar al día siguiente con la misma ropa de la fiesta y sin haber pasado por la ducha.
  4. Y por último, jamás pongas una excusa absurda para no ir a trabajar al día siguiente como que en las dos horas entre el fin de fiesta y la hora de entrada has cogido la gripe.

 

Por lo demás, a disfrutar de ese bonito evento que es la cena de empresa. Al menos, con suerte, paga la empresa. Pero si encima vais a escote mi más sentidas condolencias…. ¡Felices fiestas!

>>> Si te ha gustado este tema, es posible que también te interese ver nuestros cursos sobre Protocolo.

Imágenes (Flickr – CC): Time to whip out your finest offensive jokes! | After drunken night | Down to a whisper | AngerCelebrando el estado del proyecto | Applause

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