El Método Seinfeld es una sencilla y poderosa herramienta que puede ayudarte a ser una persona mucho más productiva, combatiendo la procrastinación. Te contamos en qué consiste y cómo aplicarlo para adquirir los hábitos de trabajo que conducen al éxito.

¿En qué consiste el Método Seinfeld?

Si tienes suficiente edad, posiblemente recuerdes la serie de televisión Seinfeld, que fue muy popular en los años 90. Su protagonista, Jerry Seinfeld, fue el creador del método que lleva su nombre y que él denominaba No rompas la cadena.

La historia parte de 1990, cuando un joven comediante preguntó a Jerry por un consejo para un principiante en el oficio, y este contestó que el secreto estaba en contar buenos chistes. Y para eso, había que escribir todos los días.

Su técnica para lograr eso consistía en un calendario de pared y un marcador de color rojo. Cada día que se sentaba a escribir lo tachaba. Lógicamente, todos los días marcados iban formando una cadena de equis rojas y el secreto de este método consiste precisamente en “no romper la cadena”. Es decir, escribir todos los días.

Su método se hizo tremendamente popular, y muchas personas lo han seguido desde entonces en sus trabajos para adquirir hábitos positivos, fuera del ámbito de la comedia.

La base sobre la que se asienta el Método Seinfeld es que el éxito se consigue a través de la constancia. Alcanzar aquellas metas que nos hemos propuesto significa perseverar y huir de la procrastinación.

Eso es lo que distingue a las personas que consiguen sus objetivos: consiguen dedicar tiempo a la tarea que se han marcado y llevarla hasta su consecución a través de la disciplina.

 

¿Cómo funciona esta estrategia?

El Método de Jerry Seinfeld no pone el énfasis en la motivación y ahí radica parte de su eficacia. Debes continuar con tu tarea independientemente de cuál sea tu estado de ánimo ese día y empeñarte en no romper la disciplina.

El secreto para que funcione el Método Seinfeld es la elección de tus objetivos. Si quieres crear un hábito que deseas incorporar a tu desempeño diario en el trabajo, debes elegir uno que sea específico, medible, alcanzable, relevante y temporal (SMART).

La razón es que será muy poco realista que te cargues con tareas diarias titánicas que no vas a poder sostener en el tiempo. Piensa que no se trata de un esfuerzo puntual para llegar un deadline, si no de la creación de un hábito a través de la repetición diaria. De modo que tendrá que ser algo que puedas asumir.

Y no pierdas nunca de vista el objetivo, el éxito que estás buscando. Tenlo en cuenta y trata de visualizarlo, porque te servirá para continuar y dotar de sentido a la rutina que estás siguiendo. También te resultará extraordinariamente útil que lo compartas con tus compañeros de trabajo, ya que su feedback te ayudará a perseverar en tu compromiso personal.

Si seguir los consejos profesionales de un comediante norteamericano se te antoja un poco extraño, quizá prefieras el de nuestro Pablo Picasso: “La inspiración existe, pero tiene que encontrarme trabajando”.