La reinserción laboral nunca puede quedarse solo en manos del colectivo desfavorecido, en este caso el de las personas excarceladas. La implicación de la sociedad es fundamental. Sin embargo, en la práctica queda mucho camino por recorrer. ¿Qué puedes hacer por mejorar tu empleabilidad si has pasado un periodo en un centro penitenciario?
El artículo 25.2 de la Constitución Española establece que las penas deben estar orientadas hacia la reeducación y reinserción. Ahora bien, parece que algo falla en el sistema cuando se observa que casi una de cada cuatro personas que han sido privadas de libertad terminan reincidiendo, según un estudio de la Universidad Autónoma de Barcelona. La buena noticia, siguiendo la misma fuente, es que más del 40% consigue una ocupación con alta en la Seguridad Social. Veamos qué puedes hacer para tener más oportunidades de pertenecer a este último grupo.
Ayuda institucional para la reinserción de personas excarceladas
Desde las Instituciones Penitenciarias, a través del Organismo Autónomo de Trabajo y Prestaciones Penitenciarias (TPFE), Trabajo Penitenciario y Formación para el Empleo, se promociona y organiza el trabajo, la formación y orientación laboral para personas privadas de libertad. Tanto dentro como fuera del centro penitenciario.
Una de las acciones que gestiona es el Programa Reincorpora, en colaboración con La Caixa. Este programa empieza desde el centro penitenciario, donde proporciona una formación profesional que actuará como preparación para la reinserción en el mercado cuando la persona recupere su libertad. Cuando haya salido, se le diseñará un itinerario personalizado de inserción donde se evaluará su perfil. Durante un año recibirá formación y realizará prácticas profesionales no laborales en empresas. A través de la modalidad EPYCO del programa, las personas que van a reincorporarse son acompañadas mediante una labor de coaching más personalizada.
Este programa tiene un alcance nacional, pero además se puede contar con la labor que desempeñan instituciones locales, como ayuntamientos o centros especiales de empleo de determinadas áreas geográficas. Por otro lado, hay varias fundaciones y ONG que dedican una parte de su actividad a favorecer la inserción del colectivo de personas liberadas de prisión.
Potencia tu candidatura
Para potenciar tu candidatura, puedes seguir las recomendaciones que hemos señalado en otras ocasiones. Bien es cierto que hay una barrera a la que deberás hacer frente y es el prejucio social hacia las personas que han cumplido una pena. Aun con todo, ten en cuenta que la empresa que te emplee puede beneficiarse de una bonificación por contratar a personas en riesgo de exclusión social, que es el caso de las liberadas de prisión. Hay empresas que son favorables a realizar este tipo de contrataciones.
Continúa por analizar a fondo tus habilidades y capacidades. En caso de que observes carencias con respecto al puesto que quieres ocupar, quizá haya alguna actividad formativa que te proporcione la titulación que necesitas. Es probable que encuentres una opción subvencionada de formación. Cursarla no solo te aumentará tus conocimientos, hay algo más importante: el contacto social que te permitirá ampliar tu red de apoyo. Esta es una parte fundamental para tu estabilidad y para conseguir una mejor inserción laboral.
¿Contar u ocultar?
Otro punto principal es que pienses cómo vas a gestionar que los demás sepan o no que hayas pasado por prisión. Antes de mentir sobre tu pasado, considera que se trata de una información muy fácil de verificar. Si se enteran de que lo has escondido, su confianza en ti puede venirse abajo y, en último caso, quedarte sin puesto. Por este motivo, si realmente quieres prosperar o simplemente tener una ocupación estable y duradera quizá conviene que la empresa se entere de este hecho desde el principio. También depende del tiempo que hayas estado con privación de libertad. Cuanto más sea, más difícil resulta de ocultar.
Si optas por contarlo, haz hincapié en qué habilidades te definen a pesar de haber pasado por una vivencia tan extrema. Además de las más directamente relacionadas con el puesto, céntrate también en las habilidades que ayuden a romper el prejuicio social frente a las personas que han pasado por un centro penitenciario.