Cuando los gustos personales y la forma de ser tienen relación directa con un determinado trabajo o un ámbito laboral concreto, estaríamos hablando de nuestros intereses profesionales. Pero ¿De dónde surgen estos núcleos de interés? ¿Cómo podemos identificarlos? Definir tus objetivos profesionales apoyándote en estos intereses será clave para orientar con éxito cualquier búsqueda de empleo futura. Por lo tanto, hacer un ejercicio previo de autoconocimiento debería ser nuestra primera tarea profesional.
¿Dónde nacen los intereses profesionales de una persona?
Allá por los años 50 del siglo pasado, los intereses profesionales de una persona venían definidos por sus particulares e innatas habilidades mentales. La teoría era sencilla: cuando se alcanza un cierto éxito en aquello para lo que una persona tiene una determinada aptitud, la satisfacción aumenta. La consecuencia inmediata es que la persona aprende e interioriza un interés por dicha tarea.
Lógicamente, ha habido una evolución desde entonces. Actualmente, no son solo las aptitudes de una persona las que puede definir sus intereses profesionales. Una experiencia vital más o menos intensa, la pasión por un asunto concreto o la particular visión filosófica del mundo son algunas de estas variables.
Partiendo de esta idea, si queremos tener éxito en un proceso de búsqueda de empleo debemos realizar previamente un ejercicio exhaustivo de autoconocimiento. Esta reflexión exige responder a algunas de estas preguntas:
- ¿Quién soy?: para distinguir aquellos aspectos de nuestra personalidad y forma de ser que pueden potenciar nuestro proceso de búsqueda y aquellos que pueden dificultarlo.
- ¿Qué sé hacer?: estableciendo aquellas tareas que hemos llevado a cabo tanto a nivel personal como profesional que aportan un valor diferencial a nuestra historia personal.
- ¿Qué me gusta hacer?: aportando también esa diferenciación en base a nuestros gustos o las tareas que nos apasionan y en las que solemos disfrutar y tener éxito.
Estas tres esenciales preguntas nos llevarán a una última cuestión que engarza ya directamente con los intereses profesionales: ¿Wué es lo que estoy buscando?
A partir de aquí, podremos iniciar con más sentido un proceso de búsqueda de empleo que cumpla con lo que hemos analizado en los diferentes niveles de autoexploración.
Un último paso: detectar dónde y cómo cumplir con mis intereses profesionales
Como estamos viendo, identificar nuestros intereses y objetivos profesionales es un elemento esencial antes de iniciar una búsqueda de empleo. Si este aspecto no está definido, el proceso será desorganizado y caótico y, posiblemente, frustrante e improductivo.
Seguramente la realidad de un mercado tan complejo y cambiante como el actual tampoco lo pone nada fácil. En muchas ocasiones es difícil encontrar ofertas y puestos de trabajo que cumplan con nuestros intereses. Por eso, enfocar bien es primordial. Sin ese trabajo previo hecho estaremos perdidos en un mar de posibilidades.
No obstante, no olvidemos que, después de esta autoexploración, tendremos que tener en cuenta otros elementos importantes. Algunos son los siguientes:
- Establecer contactos y tejer alianzas productivas en redes sociales profesionales o sectoriales.
- Obtener la formación específica requerida para incorporarse en un sector, si es que no contamos con ella
- Disponer de un CV sencillo, serio y bien organizado.
- Realizar acciones proactivas que nos ayuden a ampliar las opciones de tener éxito, como la participación en foros, seminarios, chats, jornadas sectoriales o procesos de candidatura espontánea.
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