Cuando firmas un contrato de trabajo, no solo estás acordando un empleo con una empresa, sino que también se establecen una serie de derechos y obligaciones tanto para el trabajador como para el empleador. En España, la legislación laboral establece una serie de cláusulas en el contrato de trabajo, que todos los trabajadores deberían conocer. Este artículo te ofrece una guía clara y sencilla sobre estas cláusulas, para que firmes tu próximo contrato con plena confianza.

Identificación de las partes

Una de las primeras cláusulas que encontrarás en cualquier contrato de trabajo es la identificación de las partes involucradas. Es decir, tus datos y los de la empresa deben ser correctos y suficientes. Repasa y comprueba que todos tus datos estén bien. En cuanto a quien te contrata, deben aparecer los datos de la empresa, tanto de su domicilio fiscal como el del lugar de trabajo, así como los de su representante físico. Es importante verificar que estos datos sean correctos, ya que cualquier error puede generar problemas en el futuro:

  • Datos del trabajador: Nombre completo, DNI o NIE, y dirección.
  • Datos del empleador: Razón social de la empresa, CIF, dirección y datos del representante legal si aplica.

Tipo y duración del contrato

Otra cláusula que siempre debe aparecer es el tipo de contrato que estás firmando. En nuestro país, existen cuatro grandes tipos de contratos de trabajo:

  • Contrato indefinido: No tiene una fecha de finalización establecida. A partir de la Reforma Laboral, los contratos indefinidos pueden ser a jornada completa, parcial o fijos-discontinuos. Hay hasta 10 subtipos diferentes de contratos indefinidos.
  • Contrato temporal: Tiene una duración determinada, vinculada a un proyecto o circunstancias concretas, como una sustitución.
  • Contrato de formación en alternancia: Entró en vigor en 2022 y está regulado por el artículo 11.2 del Estatuto de los Trabajadores. Tiene como objetivo fomentar la Formación Profesional Dual, de manera que los estudiantes bajo este sistema puedan adquirir tanto formación teórica como práctica mientras desempeñan una actividad.
  • Contrato formativo para la obtención de la práctica profesional: Diseñado para fomentar la inserción laboral de jóvenes, a través de prácticas remuneradas, una vez que han finalizado sus estudios superiores.

Asegúrate de que el tipo de contrato esté bien especificado, y sea acorde a lo acordado con la empresa. Si el contrato es temporal, debe incluir una cláusula que indique claramente la fecha de inicio y la fecha de finalización o la duración estimada. Además, también puede incluir condiciones para su renovación. En los contratos indefinidos, esta cláusula no es necesaria, ya que no existe una fecha de finalización.

Periodo de prueba

El periodo de prueba es una cláusula habitual en muchas empresas. Permite que tanto el trabajador como el empleador evalúen si desean continuar con la relación laboral. La duración del mismo la establece el convenio colectivo en vigor al que se adscriba la compañía. Si no existe una definición concreta en el convenio, se estipulan los siguientes tipos de periodo de prueba:

  • 6 meses para los técnicos titulados.
  • 2 meses para el resto de los trabajadores en empresas de más de 25 empleados.
  • 3 meses para los trabajadores que no son técnicos titulados, siempre que la empresa tenga menos de 25 trabajadores..
  • 1 mes en los contratos temporales

Es importante saber que, durante este periodo, ambas partes pueden rescindir el contrato sin necesidad de preaviso y sin derecho a indemnización.

Jornada laboral y horario

El contrato debe especificar la jornada laboral, que puede ser:

  • Tiempo completo: 40 horas semanales como máximo (aunque está aprobada la reducción a 37,5 horas semanales, no tiene que estar plenamente vigente hasta el 31 de diciembre de 2025).
  • Tiempo parcial: Menos de 40 horas semanales, especificando el número exacto de horas.

Asimismo, entre las cláusulas en el contrato de trabajo que especifican el horario, también se deben incluir los turnos, si los hubiera, y el descanso semanal. Si tienen que realizarse horas extras o turnos nocturnos, también deben indicarse en esta sección.

Mujer revisando las cláusulas del contrato de trabajo

Retribución

Comprueba si la remuneración que se determina en el contrato es lo que has acordado en tu negociación con la empresa. Generalmente, se expresa la cantidad bruta que vas a percibir de forma anual o mensual (antes de retenciones). También debe especificar la periodicidad del pago y si las pagas extra están prorrateadas o no. A veces, la empresa remite a lo estipulado por convenio colectivo.

En la cláusula que especifica el salario que vas a cobrar se debería incluir:

  • Salario base: Cantidad fija acordada.
  • Complementos salariales: Como antigüedad, peligrosidad, productividad, disponibilidad o cualquier otro que se acuerde.
  • Pagas extraordinarias: Por ejemplo, las pagas de verano y Navidad.
  • Periodicidad y modo de pago: El contrato también debe indicar si te pagarán de forma mensual, quincenal o semanal, y si lo harán mediante transferencia bancaria u otro método.

Lugar de trabajo

Es esencial que el contrato especifique dónde realizarás tus funciones laborales. Si el trabajo requiere movilidad geográfica, también debe indicarse en esta cláusula. En el caso del teletrabajo, el contrato debe incluir los medios que la empresa proporcionará (como ordenadores o acceso a internet) y las condiciones para trabajar desde casa.

Funciones del puesto

Esta cláusula describe las tareas y responsabilidades que asumirás. Aunque algunas funciones pueden ser amplias, es importante que se ajusten a la categoría profesional del puesto, para evitar abusos. Si en el futuro se te asignan tareas distintas, deberán estar justificadas y ser temporales o dentro de la legalidad.

Vacaciones

El contrato debe indicar el número de días de vacaciones a los que tienes derecho, que no pueden ser inferiores a 30 días naturales por año trabajado, según la ley. También puede incluir las condiciones para solicitarlas y disfrutarlas.

Cláusulas adicionales

Algunos contratos pueden incluir cláusulas específicas, como:

  • Cláusulas de exclusividad: Prohíben trabajar para otra empresa durante la relación laboral.
  • Cláusulas de confidencialidad: Obligan a no divulgar información sensible de la empresa.
  • Pacto de no competencia postcontractual: Restringe trabajar en empresas competidoras durante un periodo, después de finalizar el contrato. Este pacto debe ser compensado económicamente.
  • Causas de extinción del contrato: El contrato también puede incluir las causas que permitan su finalización, como el cumplimiento de la duración pactada, el despido disciplinario o la dimisión del trabajador, entre otros.

Usos abusivos de algunas cláusulas en el contrato de trabajo

En ocasiones, algunas cláusulas pueden llegar a ser abusivas si limitan de manera desproporcionada derechos del trabajador. Por ejemplo, periodos de prueba excesivamente largos o mal definidos. Asignar al empleado tareas muy diferentes a las estipuladas en el contrato, sin una justificación adecuada. Aplicar vacaciones, jornadas laborales o retribuciones diferentes a las pactadas por contrato. Negar el derecho del trabajador a buscar ingresos adicionales fuera del horario laboral.

Entender las cláusulas de tu contrato de trabajo es fundamental para proteger tus derechos. Por eso, antes de firmar, te aconsejamos que leas detenidamente el documento, y si tienes dudas, consultes con un experto o un representante sindical.