Tener una discapacidad significa tener menos oportunidades laborales, condición que puede agravarse con la digitalización. Esta es una de las conclusiones que se ponen de relieve en el estudio Hacia una economía digital inclusiva para las personas con discapacidad elaborado por la Fundación ONCE en colaboración con la OIT (Organización Internacional del Trabajo) en el marco de la iniciativa Disability Hub Europe, un pacto de colaboración de empresas orientadas a impulsar la igualdad y la inclusión de las personas con discapacidad en el empleo y para la eliminación de las barreras digitales.
100 millones de personas en Europa tienen una discapacidad
En Europa, 100 millones de personas viven con una discapacidad. En 2018, en este territorio, la tasa de empleo de las personas con discapacidad era del 50,8% frente al 75% de las que no cuentan con ninguna discapacidad. Cerrando más el foco, las personas con discapacidad en España tienen una tasa de empleo del 25,9% frente al 66,9% de las personas sin discapacidad, conforme a los últimos datos ofrecidos por el INE (2019).
La digitalización en el empleo: una oportunidad y un riesgo
El avance de la economía digital también está produciendo un gran impacto en el empleo de las personas con discapacidad. En el estudio se señalan las ventajas que la digitalización puede traer al colectivo en cuanto a que favorece el incremento de las oportunidades de empleo porque elimina algunas de las barreras, sobre todo las físicas.
Por otro lado, las herramientas digitales ayudan en la búsqueda de empleo, gracias a que la cadena de acceso al mercado laboral está digitalizándose. Desde la inscripción en una oferta hasta el proceso de selección, incluida la entrevista, como la propia contratación. Esas mismas herramientas tecnológicas también ayudan al desempeño de tareas con el trabajo en remoto como modelo que facilita la inclusión.
Pero la situación de partida de las personas con discapacidad, con una menor formación y mayores posibilidades de tener un empleo vulnerable, puede intensificar el problema de la digitalización en el empleo. El 45% de las personas con discapacidad a la búsqueda activa de empleo se encuentra con barreras digitales, sobre todo en el uso de dispositivos. La brecha digital es mayor en las personas con una discapacidad, si estas aplicaciones no están diseñadas para que sean ampliamente accesibles la oportunidad se convertirá en un impedimento más.
¿Cómo pueden eliminarse las barreras digitales para las personas con discapacidad?
El informe pretende sensibilizar sobre este problema. Se apela a la implicación de las administraciones en distintos ámbitos. Además de la creación de normativas que favorezcan la inclusión se demanda la aportación de cifras que sirvan para hacer un diagnóstico ajustado del escenario. Las estrategias para garantizar un mercado laboral tecnológico pasan por proporcionar acceso a las herramientas digitales a las personas con discapacidad. Formar en competencias tecnológicas al colectivo y fomentar las iniciativas que faciliten y garanticen el empleo digital para estas personas.
Desde este documento, se hace un llamamiento a las empresas para que incorporen en sus plantillas a personas con discapacidad mediante la creación de programas específicos. También en el diseño de políticas de trabajo inclusivas, como por ejemplo el teletrabajo. Favorecer la diversidad en las empresas es una apuesta por el talento en tiempos donde este bien escasea.
Por último, se anima a la propia industria digital para que trabaje en la línea del Diseño Universal. Este es un enfoque de desarrollo de productos y entornos de fácil acceso para el mayor número de personas posible. También facilitando la incorporación de personas con discapacidad en los equipos con el doble objeto de ampliar las oportunidades de empleo y de que aporten esta perspectiva.